lunes, 25 de agosto de 2008

Efectos Secundarios

Siempre me preocupó, en momentos previos a ingerir un medicamento, el tan conocido efecto secundario o colaterales, que en realidad no es lo mismo pero a la hora de contar las victimas, da igual; sumado a la profesión de mi hermana (medica infectóloga), su efecto de osmosis (toda la familia cree saber algo de medicina), cada día me interesan mas los crudos efectos colaterales, que los mismísimos males que supuestamente curan. En esta vida todo tiene su precio, aunque si para cortar un ataque de rinitis aguda, debo andar todo el santo día perdiendo el poco equilibrio que me queda, prefiero los estornudos!.
El síndrome ha llegado tal limite, que evalúo cada acto de mi vida y sus efectos secundarios; resumiendo: si por no aceptar un viaje de alto costo económico, donde pasaremos varias horas sin dormir, con el riesgo que implican nuestras rutas argentinas; debo afrontar el efecto secundario de una semana de silencio, indirectas, negativas de mi Gallega, acepto los riesgos del viaje!.
Por lo cual, este pasado 22 y 23 de agosto, acepté los festejos de nuestros aniversarios, sabiendo que los efectos colaterales serian duros; hoy doy cuenta que sobreviví, pero paso a detallar algunos de los dolorosos efectos secundarios.
El primer efecto no deseado llegó el mismo día 22 (mi cumpleaños), en forma unilateral se decidió posponer los festejos con mis amigos hasta el día sábado (sin avisarme); cuando comento que mi amigo envió un mensaje de texto con felicitaciones y contesto que venga a brindar en la noche, se desató la locura una ves mas (es que mi amigo no estaba en la lista de invitados del 22, sino del sábado); presencié a poca distancia, un cruel y natural enfrentamiento entre serpientes. La especie mayor (Galle), de alto porte, se enroscó en su eje enviando ponzoña directamente a mis ojos; automáticamente por efecto reflejo, la de menor porte (Belu), respondió duramente el ataque!; no es en realidad por mi defensa, solo su naturaleza agresiva y la avidez por enfrentar a alguien de su especie; lo que ofuscaba aun mas a mi agresora, no era recibir su propia medicina, sino que esa aprendiz de serpiente se pasara a mi bando!; termine oficiando de mediador, tratando de no caer letalmente herido!, por suerte el efecto secundario solo duró escasas horas.
Otros de normales efectos, son los digestivos!, era de suponer que se sumarian a los festejos; no tanto sobre mi persona, pero indirectamente siempre algo me afecta!. Nunca logra calcular la cantidad justa de alimentos y por no quedar mal con los invitados, siempre usa como guía su capacidad de consumo. A simple vista no parece demasiado, como si por teatralizar mis penas, me voy al extremo de quejarme de lleno!, pero quisiera ver sus caras cuando una semana después, vean en su plato el mismo menú del mismísimo festejo de cumpleaños; es más, aun queda algo de los cinco kilos de pastel que preparó una repostera del pueblo; no me animo a mirarlo por miedo a la tentación, pero los riesgos de intoxicarme aumentan día a día, ya molesta en la heladera, no lo quiso freezar por no esperar que se descongele, no me permite regalarlo y ostenta autoridad sentándose frente a la TV observando “Bailando por un sueño”, saboreando un trozo abundante, con su insinuante mirada que tácitamente acusa “que le hace un poco mas de calorías?”.