viernes, 23 de noviembre de 2018

No daba para más!. 05/08/2017

Hoy hubo cambios en el plantel de enfermeras; en lugar de aquella, que sugería éramos como familia, entro una piba de más o menos 30 años, flaca, alta, con tatuajes en los brazos; con el cabello como Annie Lennox, pero con el perfil, la seriedad y gestos de Nina Hagen en los 90!; digna representante de la raza aria, sin más palabras que las necesarias para el saludo o preguntarme si necesitaba algo; moviéndose con pasos largos, rápidos, casi con ritmo marcial.
Ya que seguía renegando con el bendito parche lumbar, la puse al tanto:
_Tengo problemas con el parche lumbar; se me está corriendo y me molesta, porque se pega en las sabanas.
Me quedó mirando fijo, como si dudara de mi cordura o de lo que le había dicho; miró a mi Gallega, que entrando en más detalles y con señas orientativas, le contó lo mismo. Entonces me inclinó hacia un costado, para que vea de cual parche hablaba.
_Ah, el parche!, perdón señor no le había entendido; bueno ya lo pido, así lo cambiamos.
Ya estoy perfeccionando el sistema para bajarme de la cama, sin usar mis brazos; que por sugerencia médica los sigo acomodando como dentro de un chaleco de fuerza; bajo un poco mi pierna sana, la otra está con costura de punta a punta, engancho el pie en el borde inferior de la cama, y haciendo todo lo posible con mis abdominales, me incorporo lentamente. Todo esto para no reincidir con la chata y el papagayo!. Claro, mi máximo punto de apoyo, era el famoso parche, por lo cual, cada intento por bajarme, se movía un poco más; como era de esperar, cuando uno es más Fierro que Martín, intento bajarme para ir de cuerpo y noto que el porfiado parche se desplaza más abajo!; como no puedo tocarme hago la triste proyección y doy cuenta de la tragedia a venir; mis necesidades eran imperiosas, por lo cual cundió el pánico y le dije a mi Gallega:
_Sacame el parche ya, que me cago!.
Casi de un salto y riéndose a carcajadas, levantó mi bata y de un tirón arranco el parche; fui lo más rápido que puede, me desplomé en el inodoro y liberé todo lo que tenía atrapado. Como es mi costumbre, me quedé unos minutos sentado por si reincidía; pero cuando intento incorporarme, me entero que estoy pegado al asiento del sanitario!; todo el adhesivo del parche, había quedado en mis nalgas; no lo podía creer!, tuve que pedir ayuda a la Gallega, para despegarme.
Entre risas e insultos, volví a la cama mucho más aliviado, si bien seguía un poco dolorido, reírme de mi suerte, resulta bastante positivo. A pocos minutos mas tarde, llega la enfermera bien en “Nina” y comenta:
_Bueno señor, ahora le cambio el parche lumbar.
Casi al mismo tiempo, como sincronizados, La Gallega y yo nos sonreímos y le explico:
_No querida, tuve un accidente con el parche; se corrió del todo hacia abajo, me tapó la única salida y no daba para más!, ya me lo quitó ella.
Si, fue la única vez que vimos reír a carcajadas a la enfermera; esta misma que parecía tan seria!.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Vive! 05/08/2017

Explicar los sentimientos encontrados pos cirugía, llevaría demasiado tiempo; nadie en su sano juicio puede certificar que no molesta la incertidumbre, la impotencia de no tener certeza alguna si me están mintiendo, si son demasiados optimista con mi futuro, si el verdadero final de todo esta tan cerca, que me encontrará distraído maldiciendo mi mala suerte!.
Por las noches no puedo dormir, aunque se con seguridad que dentro de toda la medicación que me trago, hay relajantes; no logro poner la mente en blanco, distraerme con algún libro o mi adicción por internet, es imposible; no me queda otra, que lograr conversaciones intrascendentes con mi cuidador de turno, en voz baja para no molestar a los demás o mirar televisión todo el santo día!; normalmente le dedicaba muy poco tiempo a la tele, si no hay documentales, casi todo lo demás, es menos que basura!. Así que, en momentos donde el musculo duerme y la ambición descansa, mis proyecciones de futuro eran demasiado tétricas; la duda mayor y presunción irremediable, es que seguramente, de todas las ocupaciones laborales que llevaba, varias deberé abandonar por siempre: subir a los andamios, cargar objetos de mucho peso; talvez hasta conducir sea poner en riesgo a mi familia!; me tenía mas fe con mi actividades musicales, no creo que tocar guitarra, violín o el canto coral, afecte a mi recuperación?; aunque la inflamación de mis cuerdas vocales, debido a la sonda que tuve insertado en mi garganta por casi 20 horas; una de las kinesiólogas que me ayudaba a caminar por los pasillos, cuando se lo comenté, me tranquilizó con la certeza de que era muy común y que lo superaría en una par de días.
Otra de las reiteradas apreciaciones de los cirujanos en estos días, fue que después de una corta recuperación, volvería a mi vida “normal”!; eso no me lo creo, ni aunque me lo firmen con sangre; a lo mejor tendré que recalcular lo que se considera una vida normal?, pero ¿mi vida anterior, era normal?; ¿se considera normal no poder conciliar sueño por demasiadas deudas financieras?; ¿es normal, vivir tratando de adivinar de donde vendrá el golpe mortal, que te saque del juego?.
Eran demasiadas preguntas sin respuestas, o a considerar in situ las respuestas; me las hacia una y otra vez en mi mente, y me sumaba angustia de la fea, esa que no podes compartir si no es con un psicólogo, pues hasta la persona que te ama incondicionalmente, le daría miedo escucharte!; o no sabría consolarte más que con una mentira piadosa. Pero una de las preocupaciones recurrente día tras día, era mi salud sexual!; no tenía a nadie con experiencia que me aclarara si el sexo, está dentro de los parámetros de mi nueva vida normal?. Si, parece desubicado alguien que no sabe si seguirá con vida, se preocupe por algo meramente placentero; sucede que a medida ves el umbral, deseas ir más allá de la puerta; total el aquí me quedo, ya lo tengo asegurado.
Así que este mediodía, después de almorzar, me sorprende esa sensación, de la cual con tantas otras preocupaciones, ya había olvidado; VIVE!, si, no lo podía creer; lo tragicómico del momento, es que no podía contar o explicar el porqué de mi sonrisa y la siguiente preocupación de que nadie notara debajo de las sabanas, la erección!.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Cuidadora Nocturna. 05/08/2017

Ya llevábamos cuatro noches, sin descansar como corresponde; mis acompañantes dormitaban en el suelo, sobre una colchoneta de cuna; yo dormía de a ratos, durante todo el día por efecto secundario del Tramadol y de noche, versionaba una y otra vez la novela de mi vida con un final trágico!. Sumando, que los diuréticos me tenían orinando cada media hora, mis intestinos presagiaban salidas estrepitosas, y no lograba controlar muy bien mis esfínteres; establecía un combo complicado, no por riesgo de vida, sino que mi ego no se resignaba a la realidad.
Otra preocupación, surgía de las complicadas operaciones sanitarias:
_Sacame el papagayo y poneme la chata.
_Sacame la chata y volveme a poner el papagayo. No es fácil; además no entiendo como nadie se puso a diseñar un dispositivo que cubra las dos necesidades básicas de cualquier hombre?. En la mayoría de estas situaciones, no es simple discernir cuál de los dos canales debes habilitar o bloquear!, y un simple error de cálculo proporcionaría la vergüenza atroz de cualquier viejo. Asi que tenia a mi cuidadora nocturna, bastante ocupada durante toda la noche; en uno de los recurrentes pedidos, reaccionando como es su costumbre, acusó:
_Ay Paco, porque no te sentas en el inodoro y te tomas todo el tiempo que necesitas!. No parecía mala idea, asi que un poco tambaleando, sosteniendo el pie de donde cuelga el suero, me encaminé al baño de la habitación.
_Vos me llamas cuando termines. Con un poco de ayuda, me senté en el inodoro con toda la calma necesaria, para desarrollar mis necesidades.
_Te dejo la puerta abierta?.
_No Mami, que corre aire por la ventilación y me da frio.
_Haaaaa, vos y tus corrientes de aire!. Fueron varios minutos, como acostumbraba hacerlo en el baño de nuestra casa; replantie toda mi existencia, liberé mis tensiones y fue, lo que debía ser!. Transcurridos varios minutos, comienzo a sentir calambres en ambas piernas; ya había perdido la noción del tiempo, no tenía mucho por hacer, no había sueño, así que llame a mi “peor es el infierno mismo”.
_Negra!, ya terminé. No hubo respuesta alguna; vuelvo a insistir:
_Mami!, ya está, ayúdame a levantar. Sigue el silencio sanatorial…….
_Yanet!, me estoy acalambrando, vení ayudarme. El no tener respuesta, ya me empieza a preocupar.
_Gordi!, dale que no me puedo mover y ya no siento las piernas. Ni sonido!.
_Loca!, que carajo estas haciendo?. Es cuando la intriga me invade; donde se metió?; vuelvo a somatizar mi egocentritis (inflamación del ego); no me puede pasar esto!, no puedo moverme, tengo el pecho abierto al medio, no debo hacer fuerza con los brazos, no siento las piernas, estoy solo en el baño; veo un hilo rojo colgando al lado del inodoro y supongo que será para pedir ayuda!; pero como lo explico?, donde está mi cuidadora nocturna?. Ya harto de no tener respuesta alguna, se escapa por reflejo de mis genes vascos, un fuerte:
_Peroylareputamadre!.
Y es de no creer, pero evidencia que algunos solo respondemos a nuestro verdadero nombre, ya que oigo:
_Ay Paco, me quedé dormida, perdóname.
Seguramente mi cara se ve horrible, ya que la señora pone cara de Ay Dios mío!. Imaginen a un viejo en posición de chaleco de fuerza, con pocos pelos de punta, colorado de bronca, mostrando los dientes de dolor e insultándola en argento básico!. Me costó horrores levantarme del inodoro, aun así, me sentí feliz; el mal rato, había terminado. Siguió pidiendo disculpas durante toda la semana; igual, nunca se la perdonaré!; será una factura a recordar en nuestras futuras discusiones. Como es posible que en el silencio de la noche, no haya escuchado mi llamado; si seguramente el acontecimiento, fue percibido por mis vecinos de habitación, ya que a la media hora vino una enfermera en su recorrido habitual, entró sonriendo y preguntó que había pasado!.

sábado, 3 de noviembre de 2018

No estamos solos. 05/08/2017

Luego de la rutina vespertina, nos damos cuenta que están preparando la otra cama en la habitación; entra una mujer joven con bolsos y a los minutos dos enfermeros dejan otro paciente; tomamos otra postura, ya que por más justificada sea la situación deprimente, no estamos solos!.
Mantenemos silencio, parece que recién salió de cirugía; pero como es costumbre, comienzan las preguntas de rigor:
_Al señor de que lo operaron?.
Obvio, que mis acompañantes no me dan ni un segundo para reaccionar, al instante le están contando toda mi buena suerte; desde que tenía una vida sana; de todo lo que cuidaba mi salud; hasta que por la vueltas del destino, terminé casi infartado de puro Fierro nomás!. Es inevitable la respuesta:
_No puede ser!.
Pero estoy acostumbrándome a repetir mi mueca de resignación, como respuesta; por mas que resulta imposible creer, estuve a punto de morir de un paro cardíaco!.
Siguieron con varios comentarios de lo nuevo de este sanatorio; nos contó que su marido, practicando futbol, se desgarró una pierna y por andar haciendo equilibrio con las muletas, cayó de espalda y se fracturó una vértebra lumbar!. Así que a medida fue despertando de la anestesia, demostró una gran sentido del humor, y fuimos desarrollando un intercambio de relatos, de cuando todo te sale mal!. El comenzó con su accidente:
_No sabes lo que me dolía la columna!, sentía como un pinchazo continuo; parece que una astilla de hueso me clavaba la medula.
_No había calmante que me aliviara, fue cuando me dieron morfina que me olvidé del dolor. Pero empecé a ver cosas raras; me acuerdo de verme arriba un Jeep militar, donde manejaban gorilas y me llevaban por la selva a los saltos.
No coincidíamos en cuanto a nivel económico, el tenía una panadería, su mujer era médica, pero entendimos que su padre, (amigo de uno de los dueños del sanatorio) era un importante comerciante de la ciudad; igual se notaba bastante abierto en sus comentarios, pero no tocamos nunca tema político, ya que descontaba para donde corría!.
Cuando necesitaba acomodarse en la cama, pedía el control remoto y se copaba subiendo espaldar, bajando pies, etc.; haciendo el comentario:
_ Ah!, cuando no me dejen manejar mas el auto, lo vendo y compro una cama de estas!; sabes que bueno, la ponemos en el living y me pongo a mirar tele.
Su esposa hace un gesto como: no vas a tener esa suerte si todavía seguimos juntos!. Cuando surgió el tema enfermeras, se despachó con:
_Viste que calidad para lavarte las bolas?, parecen robots programados para higiene intima!, ni la sentís; una velocidad increíble y no se les mueve un musculo de la cara, viste?.
Se fueron a la tarde, con deseos mutuos de buena racha, y no los volví a ver; pero fue bueno compartir por unas horas, una charla que me saque del entorno real!.