sábado, 10 de noviembre de 2018

Cuidadora Nocturna. 05/08/2017

Ya llevábamos cuatro noches, sin descansar como corresponde; mis acompañantes dormitaban en el suelo, sobre una colchoneta de cuna; yo dormía de a ratos, durante todo el día por efecto secundario del Tramadol y de noche, versionaba una y otra vez la novela de mi vida con un final trágico!. Sumando, que los diuréticos me tenían orinando cada media hora, mis intestinos presagiaban salidas estrepitosas, y no lograba controlar muy bien mis esfínteres; establecía un combo complicado, no por riesgo de vida, sino que mi ego no se resignaba a la realidad.
Otra preocupación, surgía de las complicadas operaciones sanitarias:
_Sacame el papagayo y poneme la chata.
_Sacame la chata y volveme a poner el papagayo. No es fácil; además no entiendo como nadie se puso a diseñar un dispositivo que cubra las dos necesidades básicas de cualquier hombre?. En la mayoría de estas situaciones, no es simple discernir cuál de los dos canales debes habilitar o bloquear!, y un simple error de cálculo proporcionaría la vergüenza atroz de cualquier viejo. Asi que tenia a mi cuidadora nocturna, bastante ocupada durante toda la noche; en uno de los recurrentes pedidos, reaccionando como es su costumbre, acusó:
_Ay Paco, porque no te sentas en el inodoro y te tomas todo el tiempo que necesitas!. No parecía mala idea, asi que un poco tambaleando, sosteniendo el pie de donde cuelga el suero, me encaminé al baño de la habitación.
_Vos me llamas cuando termines. Con un poco de ayuda, me senté en el inodoro con toda la calma necesaria, para desarrollar mis necesidades.
_Te dejo la puerta abierta?.
_No Mami, que corre aire por la ventilación y me da frio.
_Haaaaa, vos y tus corrientes de aire!. Fueron varios minutos, como acostumbraba hacerlo en el baño de nuestra casa; replantie toda mi existencia, liberé mis tensiones y fue, lo que debía ser!. Transcurridos varios minutos, comienzo a sentir calambres en ambas piernas; ya había perdido la noción del tiempo, no tenía mucho por hacer, no había sueño, así que llame a mi “peor es el infierno mismo”.
_Negra!, ya terminé. No hubo respuesta alguna; vuelvo a insistir:
_Mami!, ya está, ayúdame a levantar. Sigue el silencio sanatorial…….
_Yanet!, me estoy acalambrando, vení ayudarme. El no tener respuesta, ya me empieza a preocupar.
_Gordi!, dale que no me puedo mover y ya no siento las piernas. Ni sonido!.
_Loca!, que carajo estas haciendo?. Es cuando la intriga me invade; donde se metió?; vuelvo a somatizar mi egocentritis (inflamación del ego); no me puede pasar esto!, no puedo moverme, tengo el pecho abierto al medio, no debo hacer fuerza con los brazos, no siento las piernas, estoy solo en el baño; veo un hilo rojo colgando al lado del inodoro y supongo que será para pedir ayuda!; pero como lo explico?, donde está mi cuidadora nocturna?. Ya harto de no tener respuesta alguna, se escapa por reflejo de mis genes vascos, un fuerte:
_Peroylareputamadre!.
Y es de no creer, pero evidencia que algunos solo respondemos a nuestro verdadero nombre, ya que oigo:
_Ay Paco, me quedé dormida, perdóname.
Seguramente mi cara se ve horrible, ya que la señora pone cara de Ay Dios mío!. Imaginen a un viejo en posición de chaleco de fuerza, con pocos pelos de punta, colorado de bronca, mostrando los dientes de dolor e insultándola en argento básico!. Me costó horrores levantarme del inodoro, aun así, me sentí feliz; el mal rato, había terminado. Siguió pidiendo disculpas durante toda la semana; igual, nunca se la perdonaré!; será una factura a recordar en nuestras futuras discusiones. Como es posible que en el silencio de la noche, no haya escuchado mi llamado; si seguramente el acontecimiento, fue percibido por mis vecinos de habitación, ya que a la media hora vino una enfermera en su recorrido habitual, entró sonriendo y preguntó que había pasado!.

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