sábado, 13 de octubre de 2007

Nuestro Moderno Coto de Caza

Viviendo en un coto de caza
Quizás el sueño de muchos!, esos raros bichos amantes de la violencia en su máxima ponencia, matar por placer!; ocurrencia o moda creada cuando ya no fue necesario cazar para alimentarse, solo el pequeño esfuerzo de comprar nuestros alimentos, levantar el teléfono y muy reciente, comprar lo indispensable y mucho mas, navegando por la red, pagando con debito en nuestra tarjeta de crédito,¡que nivel!. El coto del que hablo, tampoco tiene que ver con él habitad natural de alguna rara especie en extinción, o esos cotos privados, de paisajes esplendorosos, encubiertos y disfrazados de parques nacionales y reservas naturales; este radica en una zona poblada, altamente industrializada, con la tecnología de punta al alcance de nuestras manos; un verdadero coto de caza, con el tinte tétrico de muerte indiscriminada, pero los seres humanos habitantes de este coto, no somos cazadores, en realidad somos las presas, los blancos apuntados por el cazador, la diversión de ver morir a los indefensos!. En este cuento de terror, el cazador, no es ni más ni menos que la Muerte, o la Huesuda, la Parca, como quieras llamarla; la vieja y archi conocida Muerte, idealizada por mi retorcido criterio, como el asesino serial de la novela “Screm”; no viene al caso sentarnos a discutir, si sufro el síndrome de la “Pelis”, o mi delirio paranoico e hipocondríaco a llegado a limites incalculables; el vuelco a escribir sobre el tema, es la gran cantidad de seres humanos que veo caer día a día, amigos, viejos conocidos, jóvenes con un supuesto futuro promisorio; la terrible angustia y suposición, que uno de estos días vendrá por mí!, aunque últimamente, debido a mi endeudamiento bancario, tarjetas de créditos, la lluvia de ofertas en seguros de vida, si me toca!, seria el mejor negocio de mi vida, sobre todo para mi familia!.

Como edificamos el Coto de Caza
Comienza en históricos parajes, donde cantidad de inmigrantes llegaban con el sueño de una tierra propia, donde ver crecer sus hijos, sin guerras, ni sufrimientos. La tierra prometida, la América!, donde los sueños eran posibles; pero todo “muta”, la ambición humilde de aquellos inmigrantes, fue tornando poco a poco en una historia sin fin, de horribles y sucesivos cambios que desvirtuaron la imagen y los básicos conceptos de convivencia armónica; mas dinero ganas, mas pretendes para mañana!, aparentas felicidad, regateas al pobre, para gastarlo con los mas ricos, como si compraras un lugar preferencial entre tanta hipocresía; llegando a reinar el egoísmo como virtud existencial, donde todo es permitido y prior izado por la mínima ganancia económica. Con la escuela retrograda del capitalismo neoliberal, con mucha ayuda mediática en propiciar la conquista individual, fueron mutando regresiva y progresivamente en una nueva sub especie, los “homo egoistus”!; especie tan delirante, que no repara en contaminar su propio medio ambiente por ganar mas dinero, al cual luego malgastara en lujos innecesarios, ambicionando mas cada día, sin importar lo que pierde en humanidad, sensibilidad o naturaleza; contagiando su locura como ejemplos de buena vida, a su descendencia y vecinos; tal cual reza la canción “siguen todos los raíles, en su paso hacia la cumbre, locos porque nos deslumbre, su parásita ambición (Luis E. Aute ®); terminan siendo dignos de etiquetarlos como el nuevo “Jinete del Apocalipsis”; ya perdí la cuenta, ¿eran cuatro, no?, ¿por cual numero andamos?. Así construimos este desgraciado coto de caza, entre todos, con la misma culpabilidad: unos por contaminar, otros por verlos y callar!.

La rutina del cazador
Como digno adicto a derribar presas, para no fallar, o dejar alguno sufriendo mal herido, no sale solo!; sus mastines preferidos son el Cáncer, las Cardiopatías, el SIDA., los Accidentes de Transito y otras modernas aberraciones psicopatológicas; sus ayudantes de campo: P.A.M.I., I.A.P.O.S., O.S.E.C.A.C., O.S.D.E., etc.... nuestras benditas obras sociales o medicinas pre pagas, supuestas entidades anónimas con imagen de poder celestial, pues nunca se sabe el nombre y apellido del que deja morir a sus afiliados, para poder facturar mas honorarios; que en realidad no es ganancia para el mismísimo sicario, pero si, para esa otra especie que normalmente viste de blanco, y supuestamente hizo un juramento hipocrático, pero se equivoco de profesión, pues en realidad siempre fue “Contador Publico” o “Licenciado en Economía”; asesinos seriales en potencia, inflingen y agrandan heridas para que el cazador no yerre, tal ves una replica de las corridas de toros?, donde los banderilleros, van mellando el espíritu natural del toro, para facilitar la faena!. Nuestro cazador incansable de eterna existencia, muy democrático por cierto, nunca se lo podrá acusar de discriminatorio, caza a todos por igual, sin importar credo, color, escala social, sexo o justificada humanidad. Como consecuencia, terminamos aceptando la muerte prematura o accidental con la famosa frase: “que desgracia!”; o mirando de costado, frunciendo el ceño y cabizbajo ante la noticia: ”si, tiene una enfermedad mala!”; o la famosa, beata y acusadora frase:”me dijeron que se murió de SIDA”. Da igual, en este “coto de caza”, todos somos presas potenciales!.

Y la moraleja?
En todo cuento infantil, siempre esperaba “la moraleja” ejemplificadora, o justificadora, cuando dormido me perdía el hilo o parte del cuento sin entender el sentido del mismo; pero esto no es un cuento!, tampoco es ficción!, aunque dándole la forma de novela tétrica, podría llegar al cine, o a una editorial si la firmara alguien de renombre literario. En realidad es tan grande mi angustia, la cruel impotencia que sufren los desconocidos de siempre, cuando emiten quejas impersonales, que sentí la necesidad de escribir esta parodia o estupidez trasnochada, sin “moraleja”, pues cada lector desprevenido, encontrara la suya. Mi única meta o deseo de años, muy bien plasmada en la novela de don Franz Kafka: “El Proceso”, es y será, ¡darle sentido a mi vida!, ¡justificar mi existencia!, pero, ¡ojo!, con buenas acciones; no siendo un rico egoísta, mi forma de dar batalla al cazador furtivo, dentro de mi “Coto de Caza”.
Por supuesto que toda similitud con hechos reales, ¡NO ES COINCIDENCIA!; solo la cruel verdad que agobia a un viejo de 50 años!.

lunes, 8 de octubre de 2007

Un Día oscuro.

Visto y considerando
Que nunca imaginé sentir mi fin tan cerca
Ya los futuros prometedores
Dejaron de alentarme
En pocos mensajes
Descubro verdades
Necesarias existencias

Visto y considerando
Que el esfuerzo individualista festeja a pocos
Sociedades hipócritas
Solo llevan de estandarte
Éxitos materialistas
Éticas depredadoras
Inclinaciones desconcertantes

Visto y considerando
El efímero valor de un vida simple y sana
Generación de intolerantes
Propuestas suicidas
Si no vendes
Hasta lo invendible
No escalas trincheras

Me decreto:
Figura tragicómica
Rico en sentimientos humanos
A festejar cada día de mi vida.
Hasta que se demuestre lo contrario!.

jueves, 4 de octubre de 2007

Tengo testigos!.

Comenzamos el sábado con grandes expectativas, rogando por un día soleado; nada parecido nos esperaba, retiramos el Sonajero del estacionamiento y partimos rumbo a casa de Fernando con mi nuevo astrolabio impreso apto para días nublados, no así para navegantes de escasa visión. Es casi imposible conducir por las callecitas de Buenos Aires, esquivando grandes baches, filosos cordones, conductores de carros romanos, aviones supersónicos de cuatro ruedas, tanques de guerra camuflados en taxis, objetos no identificados conducidos por vaya saber uno que especie mutante, recordar la cantidad de veces que cambia de nombre una misma avenida o aquellas que siguen con el mismo nombre a pesar de girar en 90 grados, cambio en la numeración, indicadores faltantes y la reiterada pregunta –papi, ¿falta mucho?. Mucho ayudaría contar con un verdadero copiloto, con la visión adecuada para letra muy pequeña y conocimientos básicos en lectura de mapas; no basta un par de hermosas manitas sosteniéndolo y que a cada pregunta orientadora responda un: –mirá vos, yo no veo nada!.
A pesar de todo, aún con el sobre salto de un indicador rojo que desconocíamos, llegamos a destino!; disfrutamos charlas y bondades gastronómicas de Palmira, nos regaló azafrán español y otros condimentos, recibiendo a cambio la promesa de regreso (pues quien ofrenda delicias alimenticias a mi Gallega, gana su corazón, estómago, adoración y hasta su alma oscura).
Saliendo hacia el Acceso Norte, otra bajada colectora nos toma por sorpresa, aun contando con la sapiencia de Fernando, nos costó 10 kms y media hora retomar nuestra ruta y/o destino. Ya en el Mercado de Frutos (ruta obligada estos últimos tiempos) comenzamos la rutina de revisar minuciosamente cada uno de los puestos de artesanías, memorizando precio por precio, contando o reprobando la inestabilidad adquisitiva, para detenernos en el puesto de figuras en yeso; como siempre, cada uno de nuestros amigos, piensa que indefectiblemente exagero en cada una de mis crónicas, que con el fin de darle tinte novelesco, pretendo somatizar mis reproches, ridiculizar sus requerimientos; nada más real que mis apuntes!, para pesar de Fernando, quien tuvo que cargar una pesada figura de arcilla por casi medio kilómetro, sufrir el acoso esclavista de mi querida esposa, alentado por un simple –si está aquí nomás el auto!; “tengo testigos!”. Lo lamento por mi gran amigo, al cual le debo mis disculpas, el no merece trato tan abusador a cambio de su sana amistad, pero la necesidad es hereje!.
Ya en regreso a Capital, intentamos visitar a Yani y Sebastián pero por desencuentros en horarios, tan solo fue un mini paseo por el Gran Buenos Aires.

miércoles, 3 de octubre de 2007

A puro sapukai

Solo un viernes mas, con la gran diferencia que por unas horas nos trasladamos en una nube de amigos. Algunos de ellos (gracias a la vida!) conocidos de siempre, otros que nos regaló este nuevo mundo virtual, agregado al grupo que por afinidad musical nos convocaba en la Casa de Corrientes; solo bastó un correo avisando de nuestro viaje para la rápida convocatoria de la Argentropa. Nos sorprendió en la programación, la proyección de un trabajo sobre el regreso a Malvinas de un ex combatiente, luego de muchos años; decir que con un nudo en la garganta me siento feliz, parece solo una gran contradicción, pero no encuentro otras palabras!; recordar las miserias humanas que avergüenzan; felicidad de sobrevivientes; sueños de justicia con retardo, gracias a Dios verdades con esperanzas; memoria para no reincidir.
No fue fácil subir al escenario, según palabras de mi amigo Armando, seguir con nuestra propuesta era misión imposible; cumplimos el repertorio jugando con el sentimiento, nuestras habilidades como instrumentistas no dan para tanto, igual se mostró nuestro humilde arsenal, que arrancó con la fiesta por “la Tierra sin Mal”.
Nos siguieron otro dúo de jóvenes amigos chamameceros, también oriundos de nuestro pueblo, con su típica cadencia mucho mas rítmica y alegre, desatando la verdadera bailanta con el grito característico conocido por “sapukai”; cumplo con el pedido de Cintia (mi Comandante) de bailar chamamé, realmente no es mi fuerte, mejor dicho, no se bailar ninguna danza, tampoco como referente mas cercano puedo negarme a cumplir sus deseos, por lo cual adopté la practica actitud “y hay cosas peores”, largándonos a la pista a puro sapukai, a los saltos con la consabida preocupación de no pisarla, mas que de hacer los pasos de baile correctamente.
Por preparativos del grupo anfitrión, no pudimos acompañar a la “tropa”, solo cuando casi nos corrían de la pizzería, igual nos bastó para coordinar encuentros al dia siguiente y cambiar afectos, abrazos, etc., la mayor y mas sana expresión de amistad para una sola noche!, que mas podemos desear que no linde con lo material?; quien se atreve a juzgar tanto derroche de buena humanidad? Y gratis!.