martes, 2 de diciembre de 2008

Muchas Gracias, por los buenos deseos!.

A pedido de mi Gallega les hago llegar las Muchas Gracias, por los buenos deseos!.
Por si no están enterados, ella no lee correos; es una mas de todas sus negaciones sin motivo, a la cual me tuve que acostumbrar. Normalmente, cuando le comento que recibió un email, gesticula como si alguien la hubiera elegido mis Universo (ya que nunca son para ella), luego busca desesperadamente los anteojos de “cerca”, que nunca están en su correspondiente estuche, comienza a los gritos culpando a todo su entorno por el sádico ocultamiento; los encuentra debajo de alguna de nuestras mascotas felinas, corre apoyándose en mis hombros como si el mentado email tuviera vencimiento en minutos, frunce lo poco que tiene de nariz intentando enfocar la visión, cuando en realidad solo le falta un poco de limpieza a los cristales, para terminar golpeando mi cabeza con su mentón y pedirme de mala manera que se los lea yo, ya que esto de los correos virtuales, es mi vicio!. No es divina?.
No se de donde saco Pablo, que La Gallega es una mujer fuera de serie!; es lo que hay!. Por ahora se salva, ya que voy a seguir el buen consejo de mi amigo Adrian Cena, que en Rio Cuarto y luego del accidente con mi tarjeta de credito, me dijo:
No la cambies Paco, que son todas iguales!

miércoles, 15 de octubre de 2008

¡Pobre!

No existe palabra mas provocativa, que determine tanto dolor; sin lugar a dudas, la que mas nos cuesta pronunciar con alegría. Se puede disfrazar su significado, también hay quienes insisten es solo culpa de quien no intenta superarse; otros mas despectivos, generalizan que es imposible salvar tanta decadencia cultural, que no justifica esfuerzo alguno.
Es el nuevo orden feudal, retroceso humano; prejuzgar a otros, con el famoso “y que vamos ha esperar de esa gente”; pretendiendo enaltecer su figura, menospreciando al indigente.
Días atrás, los índices mundiales acusaban la horrorosa cifra: con el salvataje económico que pretenden, se lograría calmar el hambre de casi un continente. Pero son solo datos anecdóticos, a nadie del Primer Mundo, se lo ocurriría apaciguar el hambre de miles de niños con su muerte asegurada, dejando caer al mundo bancario.
La pobreza existe, es mayoría, ancestral e irremediable; también es fácil mirar al costado, pero nunca alivianará culpas. Las nuevas tendencias sociales, individualistas, promocionan la superación a base de logros épicos, con un miserable trasfondo económico; el premio no es la gloria, es una mejor vida!, no importan las reglas, nada de éticas o patriotismo; ¡que se salve quien pueda!; pero son en realidad, los únicos generadores de las nuevas pobrezas.
Según Ian Anderson, en su obra Aqualung: Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza; el hombre para no ser menos, creo al pordiosero”.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Musica para mis oidos

Lo necesitaba, esa rara mixtura de emociones y alegrías, música para mis oídos, alimento de almas desnutridas; resulta normal explicar que la vida viene golpeando bajo, personalmente volteándome a cachetazos, pateándome ensañadamente en el suelo, escupiéndome su tétrica realidad.
Realmente lo necesitaba; es que mi ancestral paranoia sigue siendo tan acertada!, me levanto con malos presagios, vivo esperando malas noticias; amistades que se alejan por malos entendidos, sumados a un tonto orgullo que nos envenena; mi hijo es asaltado en su puesto de trabajo y arriesga su vida por lo ajeno; las noticias distorsionadas por un punto mas de audiencia; intereses mezquinos avalados por el poder de turno; los dueños del mundo aseguran hablar con Dios; cualquier mentira tiene mas crédito que la pobreza; un sistema egoísta que se promociona perfecto por defecto.
Es demasiado para un solo hombro, soportando adversidades; por suerte, destino o Dios que aprieta pero no ahorca, me arroja con músicos tan vitales!, que en recital espontáneo llenan mis oídos con esa música tan sana, ruidosa, roncadora; ejecutada así nomás con viejos instrumentos, algunos abandonados por la modernidad, recuperados como perros callejeros, amados emblemáticos, aunque lentos, veloces para encantar;




tripulados por abuelos con tanta valentía, que avergüenzan a todo aquel tan pesimista como yo; piloteados por jóvenes con el espíritu de aventura que siempre me faltó, supuestamente serán mis ojos y disfrutaré por los suyos;



propiedad de amistades que se forjan en la adversidad, de donde menos lo esperaba; cargadas de familias completas festejando sanas humanidades;



simpatizantes a mi hija aun con sus planes de bodas, un pequeño triunfo de su esperanza contra la realidad; pinceladas con la utópica cadena de favores, que la sabemos ínfima, sin embargo esperanzadora; pequeño ejemplo a mis hijos, de que un mundo mejor es imposible, solo necesitamos enfocar y aunar esfuerzos, en construir oasis, donde ser felices!, a pesar del desierto.


lunes, 25 de agosto de 2008

Efectos Secundarios

Siempre me preocupó, en momentos previos a ingerir un medicamento, el tan conocido efecto secundario o colaterales, que en realidad no es lo mismo pero a la hora de contar las victimas, da igual; sumado a la profesión de mi hermana (medica infectóloga), su efecto de osmosis (toda la familia cree saber algo de medicina), cada día me interesan mas los crudos efectos colaterales, que los mismísimos males que supuestamente curan. En esta vida todo tiene su precio, aunque si para cortar un ataque de rinitis aguda, debo andar todo el santo día perdiendo el poco equilibrio que me queda, prefiero los estornudos!.
El síndrome ha llegado tal limite, que evalúo cada acto de mi vida y sus efectos secundarios; resumiendo: si por no aceptar un viaje de alto costo económico, donde pasaremos varias horas sin dormir, con el riesgo que implican nuestras rutas argentinas; debo afrontar el efecto secundario de una semana de silencio, indirectas, negativas de mi Gallega, acepto los riesgos del viaje!.
Por lo cual, este pasado 22 y 23 de agosto, acepté los festejos de nuestros aniversarios, sabiendo que los efectos colaterales serian duros; hoy doy cuenta que sobreviví, pero paso a detallar algunos de los dolorosos efectos secundarios.
El primer efecto no deseado llegó el mismo día 22 (mi cumpleaños), en forma unilateral se decidió posponer los festejos con mis amigos hasta el día sábado (sin avisarme); cuando comento que mi amigo envió un mensaje de texto con felicitaciones y contesto que venga a brindar en la noche, se desató la locura una ves mas (es que mi amigo no estaba en la lista de invitados del 22, sino del sábado); presencié a poca distancia, un cruel y natural enfrentamiento entre serpientes. La especie mayor (Galle), de alto porte, se enroscó en su eje enviando ponzoña directamente a mis ojos; automáticamente por efecto reflejo, la de menor porte (Belu), respondió duramente el ataque!; no es en realidad por mi defensa, solo su naturaleza agresiva y la avidez por enfrentar a alguien de su especie; lo que ofuscaba aun mas a mi agresora, no era recibir su propia medicina, sino que esa aprendiz de serpiente se pasara a mi bando!; termine oficiando de mediador, tratando de no caer letalmente herido!, por suerte el efecto secundario solo duró escasas horas.
Otros de normales efectos, son los digestivos!, era de suponer que se sumarian a los festejos; no tanto sobre mi persona, pero indirectamente siempre algo me afecta!. Nunca logra calcular la cantidad justa de alimentos y por no quedar mal con los invitados, siempre usa como guía su capacidad de consumo. A simple vista no parece demasiado, como si por teatralizar mis penas, me voy al extremo de quejarme de lleno!, pero quisiera ver sus caras cuando una semana después, vean en su plato el mismo menú del mismísimo festejo de cumpleaños; es más, aun queda algo de los cinco kilos de pastel que preparó una repostera del pueblo; no me animo a mirarlo por miedo a la tentación, pero los riesgos de intoxicarme aumentan día a día, ya molesta en la heladera, no lo quiso freezar por no esperar que se descongele, no me permite regalarlo y ostenta autoridad sentándose frente a la TV observando “Bailando por un sueño”, saboreando un trozo abundante, con su insinuante mirada que tácitamente acusa “que le hace un poco mas de calorías?”.

miércoles, 23 de julio de 2008

La temida luz roja.

Me despierta un resplandor rojo, primero lo adjudico a solo un reflejo de mi sub conciente, pero repetirse, al mismo momento en que mis dilatadas pupilas buscaban deliberadamente la fuente, me deja helado, petrificado.
Si, la temida luz roja, en nuestro dormitorio, no puede ser otra cosa!; no se explicar el motivo de mi presentimiento, son esos instintos animales que llevan a la certeza, de una herida de muerte, el ataque de un depredador sin hambre que lo justifique, el mimetismo para salvar su vida. Ruego que no vuelva, imploro, me esfuerzo en recordar las oraciones de mea culpa, pero allí está, la temida luz roja, emanada por apertura y cierre de una pesada puerta.
Comienzo la tonta rutina hurgar en mi pasado, en busca de pecados; que estúpido!, como si fuera posible remediarlos luego de tanto tiempo, lavar culpas con solo pronunciar la palabra perdón, mostrar arrepentimiento, dejar caer lágrimas para amenguar el castigo.
Entre esas, recuerdo aquel ocultamiento de información, cuando una niña se llevó el vuelto del sodero y callé, tan solo por la atracción que despertaba en mi, implicándome como sospechoso del robo. Cuando buscando una excusa, para no realizar las compras que demandaba mi santa madre, invente la agresión física de un supuesto adolescente violento; situación difícil, ya que terminó con el acompañamiento tipo custodia de mi abuelo paterno, con la rebuscada y peligrosa opción de señalar a alguien, para que lo reprimiera mi abuelo.
Sin más tiempo, ya la secuencia de luz era cada ves mas rápida, mi criterio no estaba calificado para dicha medida, pero evidentemente mostraba acelerarse; de repente, toda la habitación se inunda de luz roja, no hay escape posible; estoy tan aterrado, que no intento enfrentar la fuente; ya escucho la respiración aflautada de mi verdugo, casi sonrisa maligna de la muerte, siento el típico calor de las puertas del infierno, abiertas de par en par, una mano huesuda sobre mi hombro, una voz ronca que pregunta:
_Te vas a levantar Paco?”.
Es cuando recapacito la existencia en nuestro dormitorio, de un sensor infrarrojo pasivo, que a los cinco pulsos se enciende a nivel máximo; que mi adorada Gallega, anoche se acostó con su típico ataque de asma!.
Y bue!, nadie es perfecto.

martes, 15 de julio de 2008

Dia del Amigo

Se aproxima un día muy particular, uno de esos días, donde me siento mas confundido que Adán festejando el día de la madre!. Uno hace todo lo posible por respetar la moral y las buenas costumbres, pero este moderno entorno social atenta contra mi espíritu esencialmente y particularmente pacífico. En los últimos años, cada 20 de julio, parecen auto invocarse todos mis ancestros en aquelarre espiritista, para recordarme, lo distorsionado del vocablo “amigo”, las historias repetidas, los pecados cíclicos que involucran a varias generaciones, que clasifican mal dicho sustantivo o lo usan como adjetivo generalizado.
Sucede que años atrás, no hacían falta divertidas publicidades para recordar amigos; reservas en lugares públicos impensados para mis costumbres; costosos y numerosos presentes cargados de compromiso recíproco; inventar nuevas amistades bajo el lema: “un amigo de mi amigo, también es mi amigo” solo para justificar que estoy sentado en la misma mesa con un perfecto desconocido o desconocida. Toda una serie de despropósitos, que no puedo corregir!; es imposible detenerme a explicar, a cada conocido que me arroja en la cara un Feliz Dia del Amigo, que me confunde con otra persona, pues aunque nos conocemos desde niños, tengo un concepto distinto de esa palabra!. Al final, después de mucho esfuerzo, termino siendo el enemigo publico numero uno de todos mis conocidos, compañeros de trabajo y porque no parientes!, prefiriendo encerrarme en el baño a leer, con tal de no salir a saludar indiscriminadamente a todo buen vecino. Lo que mas me molesta, es que realmente, tengo muy buenos amigos!, esos que no se encuentran todos los santos dias, que no miden la amistad respecto a las invitaciones, con los cuales festejamos la vida, cada ves que nos cruzamos!, y nunca coincide poder abrazarlos a todos, en un mismo dia!. Puede que sea El Ultimo Renegado, pero es mas fuerte la pasión, que mi entendimiento!, de ahí que no festejo el 20 de julio, lo sufro!.

martes, 8 de julio de 2008

Nunca más.

Pasaron varios minutos, la impaciencia saturaba líneas de telefonía celular; ya en el atardecer, llego nuestro móvil de relevo. Imposible no recordar la situación, ya poco quedaba del buen humor de todo el día, las caras de casi todos mis compañeros, era de tipo de mezcla que da miedo, cansancio y mal humor!; luego alcanzo a recordar que mi Gallega, con su típico abrazo en busca de abrigo, apoya su cabeza en mi pecho y suelta esas mágicas palabras que sugieren tranquilidad y silencio por unas horas, “Papi, tengo sueño”. Prácticamente, me desmayé!, solo me despertó bien entrada la noche, un fuerte golpe en las ruedas del colectivo, descubrí que solo faltaban 60 kms para estar en casa, comienzan a despertar la mayoría, la pregunta de rigor, ¿alguien tiene agua?; ya en la ciudad de Casilda, cada cruce de calles y sus correspondientes badenes, marcaban algún tipo de desperfecto en la suspensión; tanto, que el dueño y chofer del colectivo, lo detuvo en la avenida para verificar de donde provenía el ruidoso golpe. Cuando el nunca mejor apodado “Batifondo”, comenzó a insultar, gritar, golpear su propiedad, supimos al instante, que este día quedaría en la historia; cada uno que se bajaba, miraba las ruedas traseras derechas, soltaba un preocupante “uuuuuhh”; suben algunos con la alarmante noticia, se rompió un pulmón!; me lleva aproximadamente 15 minutos, explicar a mi Gallega a que pulmón se referían, pues con cara de espanto, casi gritado, preguntó ¿Cómo un pulmón?.
Nuevamente surgen conjeturas, si lograremos volver a nuestros hogares en el mismo día, si fuimos maldecidos por alguna bruja gubernamental, o sufrimos algún conjuro de nuestros abuelos participantes del Grito de Alcorta, o simplemente estamos meados por un dinosaurio!. El, “ahora que hacemo” sonaba continuamente; otra ves colapsan las líneas de teléfonos celulares, algunas bromas a compañeros, que por el tipo de conversación, no parecían creíbles ante sus respectivas mujeres; es cuando analizo mi situación y recordando el conocido “no hay mal que por bien no venga”, doy cuenta de cuanto me ahorré en teléfono, gracias a que mi Gallega no me quiso dejar solo.
En pocos minutos, ya estábamos dentro un taller de camiones, donde luego de diagnosticar el desperfecto, practican una reparación de emergencia; vuelve en buen humor, las bromas entre mis compañeros, lógicas mecánicas aplicadas a lo “argento”; un compañero, de visita por Casilda pues viajó en otro transporte, se llega hasta el taller, pues no podía creer que aun no terminaba nuestro periplo de protesta. Si aplicamos la ley laboral, fue este el día mas largo!; fueron 13 horas ininterrumpidas, de las cuales nada ni nadie, mencionaría el respectivo reclamo como horas extras.
Ya se, que el “nunca mas” en este bendito país, es una de las tantas utopías autóctonas; de todas formas, haré todo lo humanamente posible, para que no se vuelva a repetir; obvio que me refiero, a mi participación en estos apoyos obligatorios, y no a la concentración de protesta; pues la manifestaciones populares han pasado a ser un modo de vida; algunas con altos costos económicos, otras con reales riesgos de muerte, varias con motivos ocultos de publicidad y todas en general, tan solo para alimentar el ego de sus organizadores; sumando una mas a la teoría, de lo peligroso e impredecible del “hombre masa”, el sin sentido de la movilización sin principios, lo efímero de la lucha en un país sin memoria. Indigna escuchar a emuladores, leedores parciales de nuestra historia, citando a verdaderos luchadores del todo o nada, intentando ocupar su lugar, para hacernos creer poseedores, de sus mismos ideales y virtudes.
Lo bueno, es el fin de esta crónica de un día accidentado; lo malo, sigue siendo el mismo panorama, escenario repetido en nuestra historia, de futuro incierto!, lucha de poderes económicos con toma de rehenes!.

sábado, 28 de junio de 2008

Un mecánico aquí.



Ya demostrado que con ese viejo colectivo, no avanzaríamos mas, comienza el ritual de “uso masivo de teléfonos celulares”; no se si hay actitud mas inútil, que veinticinco pasajeros varados en el mismo móvil, llamen simultáneamente a cada uno de sus contactos, para dar la triste noticia, nos quedamos a pie!. Algunos más prácticos, solicitaron a sus familiares que viajen a buscarlos; otros pretendían atención mecánica a distancia vía telefónica; personalmente me acomodé en la dura butaca, como para dormir una siesta de emergencia; cuando logre apilar mis huesos sin molestia aparente, suena mi celular!, era un amigo, solicitando mi asistencia para su PC que no arrancaba; solo me salio una carcajada, le contesté que iba a pasar por su casa, pero no podía asegurarle el horario, y por mas que se esforzara, nunca adivinaría donde me encontraba en esos momentos.
Fueron horas apacibles, con el panorama típico de nuestra pampa húmeda; compañeros que para combatir el aburrimiento, se revolcaban unos a otros sobre el pasto seco de las banquinas; los de mas experiencia mecánica, se dedicaron a las posibles reparaciones caseras, improvisando teorías, aportando ideas, juntamente con mi Gallega que mientras tejía, me trasmitía las distintas opiniones de los expertos en mecánica; estaban también los mal humorados de siempre, que maldecían al encargado de mantenimiento del colectivo, a la inexperiencia del chofer, a los organizadores del evento, a quienes contrataron la empresa de transporte, etc.
Luego de varios minutos, fuimos remolcados por un camión propiedad de nuestra cooperativa, hasta la ciudad mas cercana donde dejaron el colectivo averiado; pero a su ves a cuatro kilómetros de la estación de servicio mas cercana. Las dos mujeres del grupo (mi Gallega y una compañera de trabajo), desesperadas por un sanitario, fueron junto a los otros compañeros que nos acompañaban en las pick up hasta la ciudad. Los demás, sin animo de caminar y sabiendo que el colectivo que ya viajaba en nuestro auxilio, demoraría varias horas, no tuvieron mejor idea que solicitar al chofer del camión, que nos deje viajar en la caja de cereales. No era mala idea, si no fuera que dicha caja metálica, esta cubierta con una lona impermeable y tiene cierre casi hermético para que no derrame cereal. En ese momento, no podía contener mis carcajadas, la imagen de mis compañeros (sobre todo los mas gorditos) tratando de subir a la caja, algunos que manoseaban a los que subían para acelerar el tramite, el griterío, las bromas, ironías, algunas fotografías; cuando comenzó a rodar el camión, alguien sugirió que parecíamos ganado bovino, y el mugido fue al unísono!; éramos los típicos descontrolados en una despedida de soltero.
Llegando a la ciudad, ya mi Gallega y Sole lograron comprar unos biscochos, que fueron devorados por los que bajábamos del camión; invadimos el bar de la Estación, los baños, ya en un clima un poco mas distendido y calido, unas empanadas de verdura para mi, de pollo para mi Gallega, café con leche de por medio, me guardo la imagen de mis compañeros, con caras de maratonistas tratando de reponer energías.
Continuara.
Aunque no lo crean, todavía falta!.

lunes, 23 de junio de 2008

Estuvimos ahí.



Un lunes laboral más, con la diferencia que no seria en mi puesto normal de trabajo, como rata de oficina. Esas vueltas del destino, que nos empujan al absurdo, otra vez jugaban en contra.
Como siempre, la convocatoria amablemente obligatoria, era solo a mi persona; pero ya es costumbre, aunque suene repetido, cuento siempre con la compañía de mi amada Gallega; tal ves por una media medida de amor incondicional, unos gramos de celos, una pizca de envidia enfermiza, sal y pimienta de matrimonio a gusto, amasan la certeza de que esta mujer, por no dejarme un minuto solo, me acompañaría hasta el mismísimo infierno!.
Así que partimos rumbo a campo abierto, cargando equipo de mate, unos paquetes de galletitas, tejido a dos agujas (si, si, no me equivoque al tipiar, quise decir ovillos de lana para tejer con dos agujas), con clima bastante frío, junto a mis compañeros de trabajo, en un viejo colectivo sin los correspondientes burletes ni calefacción. A pocos minutos de viaje, calculando que a la velocidad crucero desarrollada por esta vieja unidad, demoraríamos mas de lo calculado, comenzamos a detectar un ruido anormal; todos, con algo de experiencia en ruidos mas que en mecánica, tirábamos posibilidades y posibles desperfectos; pero llegamos!, tarde como suponíamos, todos desesperados en busca de baños químicos y ya comenzaban los discursos; cuando la mayoría almorzaba tipo pic nic en día de primavera, detecto que en su improvisado bolso de viaje solo traía: su tejido de dos agujas, teléfono celular, y mis galletitas con sésamo; escucho el taladrante pedido de mi Gallega: “andá comprame un choripan”; es cuando detecto su enervante y maliciosa actitud, no llevar alimentos para obligarme a su acostumbrado ritual, ingerir ese embutido autóctono, hecho de cadáver de cerdo con otros agregados impensables!. Por supuesto, era tanta la concurrencia en medio de este cruce de rutas, que se quedaron cortos en el calculo y posibilidades de ventas, por esas horas ya no quedaba choripan, pancho, hamburguesa, ni nada parecido como para engañar su estomago. Como es costumbre, su humor va muy relacionado a su ansiedad y antojos, calculen su estado de ánimo, que luego de caminar un predio de casi un kilómetro cuadrado, solo consiguió un par de “tortas fritas”.
Sobre los discursos, nada nuevo!; a fuerza de escucharlos una y otra ves, termino por memorizarlos y me divierte adivinar la frase que viene; eso si!, solo para mi memoria, se sabe con rigor, que en esos climas siempre conviene mantener la boca cerrada. La única frase que me saco del trance, fue la famosa “hasta la victoria siempre”, trate de visualizar al orador sin buenos resultados, recordé quien lo organizaba, mostré una irónica sonrisa y pensé para mis adentros, “quien te ha visto y quien te ve!”. Nos compadecimos con otros compañeros de trabajo, un tímido saludo, sonrisas burlonas de compañeras por cargar el bolso de tejido con dos agujas, fin de la concentración y retirada.
Nuestros rostros ya mostraban cansancio, mala alimentación, frío acumulado y solo manteníamos el buen humor, gracias a las ocurrencias y bromas de los compañeros mas jóvenes, saludos de despedida con algunos conocidos y la típica actitud claustrofóbica de miles de automovilistas, de pretender salir del predio, por una sola subida de tan solo 3 metros de ancho. Allí comienza nuestra odisea; el conductor intenta subir al asfalto, queda en el intento, si retrocede seguramente apilaría varias 4x4, fuerza el disco de embrague, nos inunda el humo, olor a quemado y se quedo nomás!; alguien sugiere que bajemos a empujar, casi todos entre bromas e insultos cumplen con la necesidad (obvio que me clave a mi butaca, pues a esas alturas poco podía aportar) y en dos intentos logra subir; demás esta decir que debido a las inscripciones del colectivo, todos se enteraron de nuestra participación y lo confirmaron cuando nos vieron detenidos en la banquina, pues solo tres kilómetros mas adelante, el viejo colectivo dijo basta!.

Continuara.

Ya se que no hay cosa mas odiada, que esta palabra y su significado, pero es demasiado extenso para una sola anotacion.

sábado, 7 de junio de 2008

Día Internacional del Comentarista de Blogs

El 15 de junio festejamos, “El Día Internacional del Comentarista de Blogs”. Aunque suene a mentira o confabulación encubierta para promocionar ventas, es solo la animosidad de festejar la acción que ya hace unos años, nos une y confronta en este moderno habitad llamado Internet.
En mi caso, festejar el haber encontrado hermosos y pensantes seres humanos, con quien compartir defectos, pesares, confesiones, alegrías, conquistas, que hacen al diario sobrevivir en nuestras crudas realidades; encontrar lo esencial para seguir evolucionando; el raciocinio corporativo a distancia sin grandes fines de lucro; la convicción de que es posible discutir variados temas sin asesinarnos. Aunque no puedo dejar de aclarar, por si aun no se nota, que es imprescindible para casi todos los comentaristas de blogs, el dejar una huella, su huella; tal ves por aquello de que:
“Nos desespera la finitud. Somos nosotros los que corremos como maratonistas tratando de dejar algo en este mundo.” (Jorge Sigal)
Por eso es común encontrar por la red, a grandes pensadores contemporáneos (como en toda norma, hay excepciones); otros rescatadores de grandes literatos, actualmente olvidados en oscuras bibliotecas u ofertas de saldos en librerías; nuevos escritores probando efectos literarios, como el caso de Don Hernán Casciari; aunque mi teoría respecto a su obra es: que toda su inventiva, esa rara mixtura de humor ácido con denuncias sociales, ciencia ficción espantosamente cercanas a la realidad, parodias humanas con tintes de locura, y crónicas desopilantes al borde de lo ridículo, a la cual nos tiene acostumbrado, son solo herramientas para edificar un espacio adecuado y coherente, donde dejar sus “comentarios”; disfrutando como típico dueño de la pelota; pues por mas hispanizado que se encuentre, nunca olviden, que es un “argento”(1).
Reunir físicamente a tantos comentaristas, sería imposible; coincidir los festejos por red, una utopía, seguramente colapsarían los servidores. Por lo tanto, invitamos a todos a brindar en nuestro día, grabarlo en video y subirlo a la red; seria la forma de compartir el brindis y disponer del medio necesario para disfrutar los festejos en todo el mundo virtual.


(1)Argento: Adj. Fig. enigmáticos y egocéntricos personajes nacidos en Argentina (razón no excluyente, ya que se sabe de casos por contagio), con la asombrosa capacidad de improvisar desde un descubrimiento científico a una estafa mundial, por la única y primitiva motivación, de conseguir placeres y vicios.

martes, 13 de mayo de 2008

Hoy martes 13!.


Hoy es el cumpleaños de nuestra Belu; “martes 13”, todo un acontecimiento!, mi “Angel Negro”, uno de los bastiones en nuestra lucha desigual, contra un sistema que combate la familia!; pero aquí vamos, ya por el numero “23”, 8.401 días que forma parte de este grupo delirante, conocido como “los Achaval Hernandez”, gente con gustos raros, “que aun aman los desechos”, mutantes entre “El Espanto y La Ternura”.
Pero nuestro “yerno ilegal”, esta madrugada se despachó con un par de “alianzas de oro”, y todo está de mas en el planeta!; corrió a mi dormitorio, me despertó a los gritos para mostrarme toda su alegría, su dicha!; explicar su emoción, no lo creo posible con algunas palabras, quizás solo entendible para algunas Reinas, en situaciones similares; para quienes conocen nuestra capacidad, de ser feliz con muy poco material, y de compartir alegrías, con la dicha de seres amados, sabrán de que hablo!.
Hoy se podrá derrumbar el mundo, personalmente, ya acerté un “pleno”, apostando todo lo que tenía!.

domingo, 27 de abril de 2008

Destruir señales, es un delito!

Quien no recuerda esos tiempos, donde “privatizar” era de otro mundo, donde grandes y pequeñas organizaciones del estado, mejoraban nuestros servicios. Si, ya sé, es historia antigua, no hay regreso posible de esos agujeros negros!. Pero me agrada añorar lo bueno, como para matizar lo malo. De allí que recuerdo cuando niño, me intrigaba ese cartel plantado por D.V.N. que sobre fondo blanco y en letras de imprenta negras decía: “Destruir señales es un delito”, un claro mensaje; tal ves algo desafiante a quienes no les importa demasiado cometer delitos o creen ser in imputables; pero conciso, las señales son del pueblo y destruirlas, es cometer delito contra el pueblo. Es mas, lo que no concebía, era que alguien normal, deseara destruir señales que nos servían a todos!; y como servían!. Ya, con demasiada privatización bajo el puente, no volví a divisar ni uno solo de esos carteles a las orillas de nuestras rutas argentinas. Por el contrario, las pocas señales que sobreviven a la devastadora acción del tiempo y el poco mantenimiento, hace casi imposible viajar por nuestras rutas, sin conocerlas o sin un moderno GPS. Aunque lo tragicómico, es encontrar señales mal ubicadas!; el pasado fin de semana, cometimos el grave error de tomar una ruta alternativa, debido a la poca visibilidad a causa del humo en las conocidas; desviamos por una autopista, que según comentaron, hace como 20 años que sigue en construcción, con desvíos de un carril a otro, señalizados con un cartel fondo rojo, una flecha en color negro y la escueta leyenda “DESVIO”, no está nada mal!, pero no seria mejor instalar ese cartel, a 150metros del mismísimo desvío?; son bastante notables las marcas de los supuestamente automovilistas, que bloquearon el freno de sus automóviles, para no caer en una zanja!.
En la misma autovía, encontramos 10 rotondas, a ninguna le precedía alguna señal; en cada una de ellas era cómico ver carteles con un apellido; suponíamos que eran pueblos, parajes o pequeñas ciudades, que al no figurar en nuestro mapa también podría insinuar, que allí se encuentra la tumba de ese buen señor!, porque no, la propiedad rural de ese agraciado señor!, pero solo después de mil metros, lográbamos ver a cinco metros de altura, las próximas localidades con sus respectivas distancias!. Pregunto: quien asesora a los obreros que instalan esas señales?; debido a que caprichos o caprichoso ingeniero civil se dictan las ubicaciones?; a que trastornado se le puede antojar plantar señales, para que nadie las vea?; en que vehiculo debo movilizarme, para poder regresar después de equivocar una salida, sin recorrer 50kilómetros de más?; que recurso debo implorar, cuando la niebla o el humo no dan visibilidad, ni posibilidad de orientarse?. No quiero suponer, que dichas señales están plantadas, desde que la mayoría de los viajeros, utilizaban su correspondiente vehiculo de tracción a sangre!, que con un solo SHOOOOO!, tirando las riendas, podían des andar su camino, sin correr el riesgo de ser arrollado por un enorme transporte de carga de 40 toneladas, disparadas a 80km/h!.
Y planteo una más, de las tantas paradojas legales: Si “destruir señales es un delito”, señalizar mal, ¿no es “terrorismo”?.
En fin, todo depende de nuestra suerte o destino; por esa misma vía, destruimos una cubierta de nuestro automóvil, contra el único bache que obviamente, no estaba señalizado!; oramos e invocamos a todos los dioses, santos conocidos, hasta dioses paganos y no reconocidos por La Iglesia Católica, ya que la banquina era tan estrecha, que debimos plantar el “gato” haciendo un perfecto equilibrio, en 75° a tan solo 30 centímetros del asfalto, sintiendo las vibraciones en todo nuestro cuerpo, cuando pesados camiones esquivaban el mismo bache asesino, en un tramo de doble vía. Ya repuesta la cubierta y totalmente alterados, erramos la colectora a la Ruta 7; como es nuestra costumbre, nos perdimos por la localidad de Lujan, encontrando la Basílica tan solo por nuestra fe! (la misma donde con la Gallega sellamos religiosamente nuestro matrimonio, o sea, “me equivoqué” dos veces en el mismo lugar!, y eso es muy grave!); agradecimos, sacamos las obligadas fotografías correspondientes y retomamos la Odisea, ya mejor orientados!.
No es soñar con el primer mundo!, pero luego de ver el informe de los centro americanos, sorteando destino por México, para llegar a su sueño Americano; la verdad, pero la verdad!, no se, de que me quejo!, en comparación, lo nuestro es un deporte.

miércoles, 5 de marzo de 2008

LA RENGUITA

A menudo la veo pasar por enfrente de casa a eso de las dos y treinta y cinco de la tarde, plena siesta.Llueva, truene, se desplome sobre el cemento de mi pueblo chico la impredecible nieve del 9 de julio pasado o se derritan uno a uno los plátanos de la vereda por el calor agobiante del enero más bravo.

Tranco quebrado, no demasiado lento. Irregular. Con la irregularidad típica de quien está meneando su figura entre las mil baldosas flojas de una vereda anómala o como aquel que pretende desfilar ante sus pares en la tierra arada, con un pie sobre el surco y otro en la cresta. Así es la renguita, la solterona. Así es su vida, así es la tenue imagen que todos en el barrio supimos edificar desde siempre, con los poquísimos datos que teníamos de ella, mas allá de saber casi exclusivamente que entre sus manos de fina traza va blandiendo a veces una escoba deforme y otras el lampazo astillado que va a pasar con denuedo por la vereda acartonada del abogado Soria. Es una de esas personas con las que uno nunca termina de descifrar edades y otros datos similares. Avejentada quizás, pero pequeña, menuda y suave como una versión mas que humana del Platero de Jiménez.

Cuentan las viejas del barrio que tuvo vida de calvario .Que hubo un padre alcohólico e irascible corriendo sin tapujos a cuanto macho pueblerino tuviera la pálida idea de acercarse a su casa, Que hubo una madre que eligió a ella en la mas tierna infancia, y por su condición de cuasi inválida, para que la acompañara en sus últimos días. Aunque no fueron últimos, ni días, ni meses ni siquiera años. Dicha compañía se tradujo en lustros primero y en décadas luego. Cuentan las viejas todo aquello cuya superficialidad salta a la vista, pero omiten decir que, esperando al amor que nunca llega, la despierta por las noches el viento arrebolado golpeando los postigos. Que entre ensoñaciones e insomnios recurrentes siente cómo se hace larga y ancha la cama, tanto que puede notar el frío de las sábanas mientras con los ojos medio cerrados busca y rebusca otra mano ansiosa sin encontrar nada más que vacío. Como ayer, como mañana, como siempre.

Jamás dirán las viejas que su soledad es el amante fiel, el que conoce su cuerpo pliegue a pliegue, palmo a palmo. Que escuchará con suerte el ronroneo de un gato capón y viejo durmiendo en sus rodillas en las más largas noches del invierno mas crudo. Que una vieja novela de amor de los años sesenta yace tendida encima de la mesa de luz mientras un vaso de agua incolora, inodora e insípida tambalea semivacío cuando se levanta en madrugada destilando desesperanza, dejando fluir desgano, vomitando tedio. Que un espejo amarillento, resquebrajado como sus sueños incumplidos le dirá: Te estás poniendo vieja. Se te notan los años. Que tan lejanas están las ilusiones que labraste de joven... Cómo se arruga la piel, cómo van hundiéndose los ojos...

Lo que no se animan a definir las viejas del barrio es el tamaño de la mochila de penas que debe arrastrar cada día, a las dos y treinta y cinco de la tarde, cuando pone proa al este y enfila con su tranco cansino a limpiar las heces del abogado Soria, con quien en otro tiempo supo hacerse la estrecha. Pero de eso hace tanto que ya ni lo recuerda. Que siempre tiene un plato, un poco de comida y una sidrita al fresco cuando llegan las fiestas. Que sabe que no espera los favores de nadie si un buen día se cae decadente y enferma. Que no tiene más hijos que los crueles mocosos de sus viejos vecinos que renguean detrás suyo dibujando sonrisas, regurgitando sorna. Que entre bronca y más bronca siempre se las ingenia para decir estoy bien. Y riendo de costado, con la histeria mas lógica, bufando resignada, masculla un no doy mas, y sigue trabajando.

Que el ocho de diciembre les llevará a los pibes, frente a la comunión, par de chocolatines y caramelos duros, cierta lágrima tibia y el billete rugoso que le cambió el vecino. Y dentro de la iglesia copiará exactamente lo mismo que hace el cura. El domingo a las once, el sábado a las siete. Rezar y persignarse, arrodillarse a medias. Jamás dirán las vieja metiches de mi barrio que un día se ha de morir como todo mortal. Que no será una gripe ni un resfrío mal curado. Que habrá pagado el nicho, el servicio, los salmos, el responso, las misas de todos los difuntos, hasta alguna corona que ha de reivindicarla. Y la hoja de afeitar con que hará sin premura el último trabajo, en la humedad del baño.

Son cosas que a menudo la gente ha de borrar, como omiten decir las viejas de mi barrio que entre crespones negros y calas trasnochadas una triste migaja de conocidos y gracias: el juez, el bolichero, el que vende verdura, el barredor de calles y el abogado Soria han de decir lacónicos "se murió la renguita". Y con la inmediatez de lo que arrastra el viento sobre una exigua lápida de mármol de segunda la cubrirá el olvido.El olvido mas rancio.
Autor:
Gerardo Acosta
elpingolfio@hotmail.com

Para quienes no lo recuerden, con el señor Gerardo Acosta, compartimos vivencias pueblerinas, gustos musicales, actividades artísticas, esclavitud laboral; habitamos a tan solo 700 mts de distancia, pero solo nos comunicamos vía email. Lo único que nos diferencia bastante, es su cualidad de excelente escritor de cuentos; en contraposición a mi calidad de aficionado demasiado corajudo.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Leyendas del Litoral

Un cuento de mi ídolo: Roberto Fontanarrosa.
En este libro, usa muchas de sus amadas y tan criticadas “malas palabras”; esas que son imposibles reemplazar por sinónimos. Nunca olvidaré al reportero grafico de un periódico local, que para explicar el comportamiento agresivo y violento de la “barra brava” de Rosario Central, contra un juez de línea, escribió:
“Aparentemente el juez de línea, en respuesta a fuertes epítetos por parte de barras bravas a su persona, mirándolos sonriente, alzó su mano izquierda, cercó el dedo índice y pulgar formando un circulo, e introdujo el dedo índice de su mano derecha repetidas veces en el mismo”.
Comparto este texto, solo una pequeña muestra del humor del “Negro”, que me arrancó carcajadas y mi humilde forma de profesar, “que ya, lo extraño horrores!”.
Disfruten la leyenda de Yaguareté y Che Cambá.

Recorría una mañana Yaguareté, el tigre, los mil senderos de la jungla. Bello y elástico, buscaba, como siempre, algo para calmar su apetito. Fue entonces, cuando en un claro del bosque, vio a Che Cambá, el mono, ocupado en mordisquear unas bayas. Pero Che Cambá también lo oyó, con su oído adiestrado en detectar los peligros de la selva, y
corrió presuroso a treparse a un yatay, el Árbol de la Calumnia.
Astuto, Yaguaretè, el tigre, al pie del árbol le dijo al pequeño simio:
_Oye, Che Cambá….. ¿Por qué no bajas?. Baja, por favor.
Che Cambá negó con la cabeza.
_Baja –insistió Yaguareté, mañoso- Quiero mostrarte algo que encontré hoy en mis correrías.
_Mientes –dijo el mono-. Lo que tu quieres es comerme.
_Baja. Ya he comido. No tengo hambre.
Che Cambá pensó y, curioso como todo mono, al fin dijo:
_Solo lo haré con una condición.
_¿Cual?
_Que te ates con aquellas lianas, de tal forma que no puedas moverte.
Yaguareté vaciló un tanto.
_¿Con aquellas? –accedió, por fin.
_Si –dijo el mono, jadeante.
En un periquete, Yaguareté, el tigre, tomó las lianas y con movimientos veloces y felinos enrolló todo su cuerpo con ellas. Quedó en el piso, inmovilizado.
_¿Estás conforme ahora? –preguntó entonces, con la voz sofocada por el apretado abrazo de las lianas-.
_Baja, baja de una buena vez.
Che Cambá, pese a su ansiedad de animal curioso, meneó la cabeza.
_Hazte otro nudo sobre las patas delanteras –indicó-. _Veo que aún puedes moverlas.
A regañadientes, Yaguareté obedeció.
_Baja ya. Baja de una vez por todas –pidió, impaciente.
Che Cambá, el mono, comenzó lentamente a descender del Árbol de la Calumnia. Sin embargo, su cuerpo se veía estremecido por repentinos temblores.
_¿Por qué tiemblas ahora? –se ofuscó Yaguareté, el tigre-, _¿A qué le temes? Si estoy tan amarrado que no puedo permitirme ni el más mínimo movimiento…..
_No tiemblo de miedo. Tiemblo de nervios. Porque es la primera vez…..
–sonrió el mono- ….. que voy a culearme a un tigre!.

Moraleja: "No pidas nada con tanta insistencia, puede pasarte lo que
le pasó al tigre".

Extractado del cuento "Leyendas del Litoral"
En el libro "El Rey de la Milonga"
Publicado por "Ediciones de la Flor"

jueves, 24 de enero de 2008

La Maza

Es casi una ecuación exacta, sin dudas ni puntos oscuros; cuando un accidente es posible, ocurrirá!, las nunca desactualizadas “Leyes de Murphy”. Es lo que me atormenta desde que tengo memoria, sufrir lesiones que pude prevenir, ya sea por ignorante o imprudente. El ultimo de los acontecimientos, me trastoco, no por la gravedad de la lesión, sino por la impotencia en predecirlo y evitarlo.
Comencé a diagramar la instalación eléctrica en obra, siempre recordando mis prácticas recetas, teniendo en cuenta lo que dicta la experiencia, de tanto renegar reparando instalaciones viejas, uno termina aprendiendo como realizar las nuevas.
Siguió mi disertación, sobre como manipular la peligrosa amoladora angular con disco de corte diamantado, de lo importante que es concentrarse en cada uno de los movimientos, mas teniendo en cuenta que las realizaría sobre un andamio; un descuido, confiar demasiado en tu buena suerte, presionar demasiado o en el ángulo equivocado y juegas a la ruleta rusa con todas las balas!. También recomendé el uso de mascara facial, casco, guantes protectores, calzado de seguridad y varios consejos teniendo en cuenta respirar de ves en cuando un poco de aire limpio. En realidad, se me fue la mano, al concluir los consejos, nadie quería tomar las herramientas; por unanimidad decidieron, que con la basta experiencia que acarreaba en mi persona, era el mas indicado para realizar la peligrosa tarea!; quien me manda abrir la boca?, otra ves sopa!, por lo que maldiciendo mi ego, acepte mi designio.
Rotábamos corte, descanso, golpes de maza y corta hierro, bebidas frías, descanso, aire puro, sucesivamente por tres largas horas, bajo sol ardiente y con temperatura ambiente de 25°; ya terminando, faltaba realizar el paso de una pared de 30 cms de una habitación a otra, tomo las herramientas adecuadas, subo a una escalera y comienzo el boquete. Llevaba ya como 20 minutos a golpes de maza, sin poder pasar al otro lado; cambio de ángulo y sigo insistiendo, descubro un viejo ladrillo de barro cosido, de esos recontra cocidos que toman un tono violáceo debido a las altas temperaturas; cambio la herramienta, tomo una maza mas pesada (de medio kilo) y caño metálico que voy girando mientras golpeó en movimientos cortos y precisos; nada!, avanzo a solo un milímetro por minuto, calculo el horario de conclusión y regreso al descanso, se hará demasiado tarde!; por lo que junto energías en el fondo de mi tozudez, extiendo mi brazo derecho recalculando golpe, distancia, fuerza de palanca y lanzo mi mejor golpe, letal, como para derribar pared completa, pero con demasiada mala suerte. Aun después de veinte días, no logro descifrar mi error; la desgraciada maza de medio kilo, rebota sobre el caño, en forma irregular e irreverente, dibujando una elipse o parábola en forma transversal y opuesta a mi furioso envío, golpeando de plano en el pequeño lugar que descubría entre mis gafas protectoras y gorro; un segundo, décimas de segundos, no sé, da igual, en pocos minutos pasé por las cuatro estaciones del accidente leve.
En la primera cunde el asombro, la temida sorpresa, si hubiera fotografías, serían similar a la de Shrek y el burro ante la animación mecánica del castillo; sin soltar la maldita maza, bajo urgente por las escaleras mientras me dura la conciencia; paso a la siguiente estación, el rápido calculo de las lesiones, sin ser paramédico o recibido en primeros auxilios, si siento mis pies, dolor, olor, sonidos y no puedo atravesar paredes, se que sigo vivo!; detecto un liquido caliente que escurre sobre mi frente y ruego que sea solo sangre, veo gotas de líquido rojo caer al piso y digo para mi subconsciente, si!, es mi sangre; comienza otra estación, egocentritis (inflamación del ego), no puede ser que me pase a mi!, yo!, yo que soy tan minucioso y precavido!, que normalmente paso por cobarde ante el calculo de demasiados riesgos!; sigo caminando sin soltar la maza, regando marcas con mi sangre y paso a la ultima estación, la catarsis tragicómica; ante la insistente pregunta de mi cuñado (el dueño de la obra), ya que dejaron de escuchar mi estruendoso golpe de maza, _Paco, necesitas alguna otra cosa?, exclamo con vos tenue _si, una ambulancia de emergencias!. Los gritos de mi Gallega y su cara de desesperación me confundieron un poco, pero recordé que normalmente exagera en sus comentarios, realiza la incongruente pregunta: _que te hiciste?, como si mi conciencia ya lo hubiese evaluado!, le respondí que para “tercer ojo”, era demasiado pequeño.
Siguieron minutos de risas, curaciones, agua sobre mi cabeza y rostro, mas risas, presintiendo que no se reían conmigo, sino de mi estupidez senil!.
Ya, solo es otra anecdótica historia, cumpliendo una vez más con la sugerencia de mis hijos:
_Paco, tenés que cargarlo en tu blog!.



Como siempre, no resulto muy favorecido!, pero se distingue bien mi Tercer Ojo.