miércoles, 23 de julio de 2008

La temida luz roja.

Me despierta un resplandor rojo, primero lo adjudico a solo un reflejo de mi sub conciente, pero repetirse, al mismo momento en que mis dilatadas pupilas buscaban deliberadamente la fuente, me deja helado, petrificado.
Si, la temida luz roja, en nuestro dormitorio, no puede ser otra cosa!; no se explicar el motivo de mi presentimiento, son esos instintos animales que llevan a la certeza, de una herida de muerte, el ataque de un depredador sin hambre que lo justifique, el mimetismo para salvar su vida. Ruego que no vuelva, imploro, me esfuerzo en recordar las oraciones de mea culpa, pero allí está, la temida luz roja, emanada por apertura y cierre de una pesada puerta.
Comienzo la tonta rutina hurgar en mi pasado, en busca de pecados; que estúpido!, como si fuera posible remediarlos luego de tanto tiempo, lavar culpas con solo pronunciar la palabra perdón, mostrar arrepentimiento, dejar caer lágrimas para amenguar el castigo.
Entre esas, recuerdo aquel ocultamiento de información, cuando una niña se llevó el vuelto del sodero y callé, tan solo por la atracción que despertaba en mi, implicándome como sospechoso del robo. Cuando buscando una excusa, para no realizar las compras que demandaba mi santa madre, invente la agresión física de un supuesto adolescente violento; situación difícil, ya que terminó con el acompañamiento tipo custodia de mi abuelo paterno, con la rebuscada y peligrosa opción de señalar a alguien, para que lo reprimiera mi abuelo.
Sin más tiempo, ya la secuencia de luz era cada ves mas rápida, mi criterio no estaba calificado para dicha medida, pero evidentemente mostraba acelerarse; de repente, toda la habitación se inunda de luz roja, no hay escape posible; estoy tan aterrado, que no intento enfrentar la fuente; ya escucho la respiración aflautada de mi verdugo, casi sonrisa maligna de la muerte, siento el típico calor de las puertas del infierno, abiertas de par en par, una mano huesuda sobre mi hombro, una voz ronca que pregunta:
_Te vas a levantar Paco?”.
Es cuando recapacito la existencia en nuestro dormitorio, de un sensor infrarrojo pasivo, que a los cinco pulsos se enciende a nivel máximo; que mi adorada Gallega, anoche se acostó con su típico ataque de asma!.
Y bue!, nadie es perfecto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Grande, Paco! Espectacular! Creeme que pensé cualquier cosa .Desde un ataque marciano a Bin Laden pasando por un incirsion de Moreno. Un maestro usted para narrar estas cosas...
Y a mi me vas a decir lo que es un ataque de asma????????
Que va sé... estamos tan lejos..........

Gaviota dijo...

Bueno fui yo buscando a admiradores de Sabina y Aute y me salio usted, la verdad que tambien me encanta como escribe, abrazos!!

Si gusta podemos hablar de esta musica, poesia y lo que sea via msn :

azulvaneblogg@hotmail.com

Abrazos desde Republica Dominicana