martes, 18 de diciembre de 2018

Aníbal. 06/08/2017

Hoy por la tarde, Yanet vino con noticias de Aníbal, un compañero de trabajo que por esas malas rachas en la vida, está internado en el mismo Sanatorio, justo en la habitación en frente. Se encontró con su esposa en los pasillos, e inevitablemente se pasaron los partes médicos. Lo mío no es joda!, aunque todos mis familiares hagan el esfuerzo por demostrarlo, nadie me puede garantizar la recuperación; pero lo de Aníbal, ya sabíamos que era terminal; ahora Yanet me confirma que está irreconocible, muy delgado, anémico, pero sigue con ánimo y tiene fe de recuperarse.
Siempre idealice la muerte como algo oscuro, el fin de todo, la sentencia por la cual tengas pánico o no, no cambia en nada; el fin es inevitable para todos nosotros, pero cuando lo ves o presientes cerca, das cuenta de todo el tiempo perdido por estúpidas razones, por celos o rencores sin sentido, prejuicios por los cuales descartaste alguna oportunidad única; nadie a regresado para contarlo, aunque muchos literarios divaguen sobre el tema, seguirá siendo un tabú desgraciadamente comprobable, con tu propio fin!.
Hoy se abre la puerta de nuestra habitación, se asoma lo que queda de Aníbal, y saluda:
_Eh, Horacito como andas?.
El impacto visual me generó un terrible nudo en la garganta, tuve que tragar saliva varias veces para lograr contestarle.
_Aníbal!, bien, bastante bien por ahora; por lo menos sigo vivo!.
_Si, ya me contó Yanet; pavada de operación te ligaste; que suerte la nuestra no?.
_Si Aníbal, parece que sacamos todos los números.
_Si, fíjate como quedé yo!, piel y huesos, tengo que andar con muletas porque las piernas no me aguantan; estoy hecho una piltrafa.
_Los médicos dicen que puedo recuperarme!. Si zafo de esta, ya nos vamos a juntar a tomar algo.
_Si Aníbal, claro, aunque sea tomamos medicamentos juntos y brindamos con calmantes!.
_Ja ja Horacito, vos siempre haciendo bromas!. Después nos vemos y te alcanzo el diario La Capital, así te distraé un poco.
_De acuerdo Aníbal, nos vemos.
Fue la última vez que nos cruzamos; a él lo mandaron a su casa para que termine su destino; yo seguí luchando por recuperarme y agradeciendo no correr su misma suerte!.
Creo que nunca olvidaré su imagen, en la puerta, casi destruido por el cáncer y con ánimos de compartir largas charlas sobre futbol, nuestra patronal y sus programas favoritos en televisión.
A la semana falleció, solo que mi familia para no desanimarme, me contaron un mes después, la mala noticia!.

martes, 11 de diciembre de 2018

Bien cosido. 06/08/2017

Según mis médicos, pronto me darán alta hospitalaria; de esta forma corro menos riesgos de ligarme virus o bacterias indeseables, pero en realidad me suena a recambio de plazas disponibles, esa incómoda sapiencia de que todo es “negocio” en este rubro. Igual me consuela que tendré más intimidad en casa, menos gastos en tarjetas de crédito a mi cargo; en cuanto a los cuidados y curaciones, Dios me ampare, serán a cargo de la Yanet las 24 horas del dia!. Ante la consulta médica por nuestras habitaciones, ella muy suelta dijo:
_Siiiiii, ya nos vamos a organizar!.
Es su protocolo de organización lo que más miedo me da; siempre prioriza sus necesidades, todo lo demás es secundario; carga genes de la abuela gallega, la Ñata, esa que un día de mucha niebla viajando como acompañante, ante el pedido de limpiar el parabrisas, solo repasó su lado derecho y certificó:
_Ya está, ahora veo bien!.
Así comienza el largo listado de medicación, con dosis y horarios estrictos anotados en receta médica; ya llevo contadas 15 tomas en 24 horas, por lo tanto empiezo a cargar los horarios con alarma en mi celular, de otra forma sería alto riesgo depender de mi cuidadora nocturna para la administración.
Ya me sacan a caminar por los pasillos, acompañado por kinesiólogo; otra vez dando vergüenza con esa bata inversa, calzado de seguridad, despeinado alternativo de las pocas canas que quedan, tambaleando efecto de los calmantes, con el médico tomándome del brazo; no quiero ni pensarlo, seguramente debo verme muy similar a los primeros pasos de el joven Frankenstein en la película de Mel Brooks!.
Justo hoy, mientras caminábamos, nos encontramos con Javier, uno de los cirujanos que participó en mi bypass coronario y según me comenta, fue el encargado de cerrar mi esternón.
_Hola Don Achaval, como anda?.
_Eh!, ando.
No era el momento para recitarle todas mis quejas y reclamos.
_Está muy dolorido?.
_No, dolorido no, siento una molestia en el pecho, pero nada grave.
Me contesta con una sonrisa:
_Es natural mi amigo, sabe usted de que se trató su cirugía.
_Si Doctor, no me haga acordar!. Me duele un poco más cuando tengo tos.
_No se asuste, está muy bien cosido con alambre de acero inoxidable; le aseguro fehacientemente que no se va a descoser nunca.
_Ah, alambre de acero inoxidable?; bueno, quizás reciba mejor señal de mi empresa telefónica, ya que tengo antena incorporada!.
_No se Don Achaval, el tema en recepción de señal no es mi rubro.
Le causó gracia mi acotación, supongo que sonó ridícula; pero vino a mi memoria el primo Daniel, quien culpa de un accidente automovilístico se ligó una placa metálica en su cráneo y siempre hacia su acto de magia, tomando la antena de la radio Spica, aumentaba el volumen de señal!

lunes, 3 de diciembre de 2018

Aguante corazón!. 05/08/2017

Por la tarde llegó otro paciente para cirugía ambulatoria; Yanet se encargó de los protocolos con su familia, contar todo lo acontecido en esta fatídica semana, sus padecimientos y situaciones que nos alinearon en la misma habitación. Ellos viven en Pergamino, tienen una pequeña explotación agropecuaria, conocen a la misma cooperativa para la cual trabajo; por supuesto, tampoco pueden creer mi realidad en salud!; siendo tan sano, manteniendo un régimen natural en comidas, que termine con semejante cirugía.
Después de la cena, preguntan si pueden poner un programa en la TV, obvio que a estas alturas intentaba leer uno de los tantos libros me habían dejado mis hijos y no me preocupaba demasiado ver algo en televisión, así que les pasamos el control remoto y buscaron su programa preferido del sábado a la noche, en el Canal 13, La noche de Mirtha!. Mirá que hay canales interesantes, y justo me tiene que tocar como compañero de habitación, un fiel seguidor de la Señora!; miraba a Yanet y se me reía en la cara; disimuladamente, pero se reía, sabe fehacientemente mi resistencia a estos programas de entretenimiento, además con el agregado político del momento: María Eugenia Vidal, Eduardo Sadous, Toty Flores, Débora Plager y Carlos Roberts. Mientras la Señora enumeraba a cada uno de los invitados, me anunciaba que por más anestesia que me inyectaran, la tortura sería apoteótica!. Intento concentrarme en la lectura, pero es más fuerte la indignación por cada mentira escuchada, con su obsecuente corroboración de la conductora u otro invitado, ya que en esta oportunidad han inclinado la cancha totalmente hacia la derecha!.
Hay comentarios tan ridículos y mentirosos, que me causan el dolor similar a un golpe en los testículos!; decir que van a la Villa Itatí sin guardaespaldas, a las 7 de la tarde a tocar timbre!; naaaaaa, ni como cuento de Stephen King son creíbles; es escritor de ficción, pero le pone siempre algo de realidad para que sea más terrorífico.
Cerraba el libro como para pedir que bajen el volumen, por lo menos así sufro menos; pero Yanet me mira seria y agrandando sus ojos con el mensaje subliminal, “ni se te ocurra”; vuelvo a disimular abriendo el libro en cualquier parte, total ya se que no lograré leer ni una puta línea!. Trago saliva, pido agua, voy al baño y sigue el programa, respiro un poco en las publicidades, pero cada minuto que sigo escuchando temo por mi corazón averiado.
Seguramente esta prueba de salud mental no es para cualquiera, pero siempre me tocan a mí!, mantener la cordura bajo semejante tensión en contener los mil y un insultos de los que me vienen ganas, es un esfuerzo sobrehumano.
Cuando al fin termino el bendito programa periodístico desinformativo, me alivié tanto que me dormí al instante; según la Gallega, ronqué como nunca, como cuando sufro pesadillas!.