lunes, 3 de diciembre de 2018

Aguante corazón!. 05/08/2017

Por la tarde llegó otro paciente para cirugía ambulatoria; Yanet se encargó de los protocolos con su familia, contar todo lo acontecido en esta fatídica semana, sus padecimientos y situaciones que nos alinearon en la misma habitación. Ellos viven en Pergamino, tienen una pequeña explotación agropecuaria, conocen a la misma cooperativa para la cual trabajo; por supuesto, tampoco pueden creer mi realidad en salud!; siendo tan sano, manteniendo un régimen natural en comidas, que termine con semejante cirugía.
Después de la cena, preguntan si pueden poner un programa en la TV, obvio que a estas alturas intentaba leer uno de los tantos libros me habían dejado mis hijos y no me preocupaba demasiado ver algo en televisión, así que les pasamos el control remoto y buscaron su programa preferido del sábado a la noche, en el Canal 13, La noche de Mirtha!. Mirá que hay canales interesantes, y justo me tiene que tocar como compañero de habitación, un fiel seguidor de la Señora!; miraba a Yanet y se me reía en la cara; disimuladamente, pero se reía, sabe fehacientemente mi resistencia a estos programas de entretenimiento, además con el agregado político del momento: María Eugenia Vidal, Eduardo Sadous, Toty Flores, Débora Plager y Carlos Roberts. Mientras la Señora enumeraba a cada uno de los invitados, me anunciaba que por más anestesia que me inyectaran, la tortura sería apoteótica!. Intento concentrarme en la lectura, pero es más fuerte la indignación por cada mentira escuchada, con su obsecuente corroboración de la conductora u otro invitado, ya que en esta oportunidad han inclinado la cancha totalmente hacia la derecha!.
Hay comentarios tan ridículos y mentirosos, que me causan el dolor similar a un golpe en los testículos!; decir que van a la Villa Itatí sin guardaespaldas, a las 7 de la tarde a tocar timbre!; naaaaaa, ni como cuento de Stephen King son creíbles; es escritor de ficción, pero le pone siempre algo de realidad para que sea más terrorífico.
Cerraba el libro como para pedir que bajen el volumen, por lo menos así sufro menos; pero Yanet me mira seria y agrandando sus ojos con el mensaje subliminal, “ni se te ocurra”; vuelvo a disimular abriendo el libro en cualquier parte, total ya se que no lograré leer ni una puta línea!. Trago saliva, pido agua, voy al baño y sigue el programa, respiro un poco en las publicidades, pero cada minuto que sigo escuchando temo por mi corazón averiado.
Seguramente esta prueba de salud mental no es para cualquiera, pero siempre me tocan a mí!, mantener la cordura bajo semejante tensión en contener los mil y un insultos de los que me vienen ganas, es un esfuerzo sobrehumano.
Cuando al fin termino el bendito programa periodístico desinformativo, me alivié tanto que me dormí al instante; según la Gallega, ronqué como nunca, como cuando sufro pesadillas!.

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