viernes, 29 de junio de 2018

Culpa del guiso 26/07/2017

Llegando a Rosario, comenzamos a deliberar a donde dirigirnos:
-Donde vamos Papi?.
-Que se yo!, al ICR, que otro conoces?.
-Hay uno nuevo, que es del grupo Gamma; donde operaron al primo de la Viki. Creo que se llama Hospital Privado y es el que antes era Sanatorio de Los Arroyos.
-Y donde queda?.
-No se, déjame que busco en el Google; ah!, queda acá cerca, en Pte. Roca al 2400.
-Y bueno, dale!, vamos a ese.
Al llegar, veo todo el edificio nuevo, estacionamiento con barreras en subsuelo, todo vidrio!, y me invade el presagio: “esto debe ser caro”; pero la preocupación por mi estado, me desviaba al conocido “será lo que Dios quiera”. Estacionamos; Belu comenzó la búsqueda por donde ingresar a la guardia, subimos, bajamos escaleras, encuentra la guardia y saca un turno. Esperamos unos minutos, nos atiende una doctora y nuevamente el cuestionario:
-Si, cuénteme que le ocurre.
-Bueno, desde ayer ando con un dolor raro. Ya consulté a un médico de mi pueblo, que escribió una historia clínica y según su opinión es un síntoma cardiaco. Le presento el escrito del médico y seguramente la encontramos en un mal día, o bien reniega bastante con la letra ilegible de sus colegas; pero me tiro un:
-No, esto es imposible de leer!; ustedes entienden lo escrito?. Pierdo mas tiempo tratando de entender lo que dice, a que me cuente usted desde el principio los síntomas que tiene.
Y nos quedamos callados, sorprendidos, como si hubiésemos presentado un escrito falso!. Son esas situaciones que no se las deseo ni a mis enemigos; estas al borde de un ataque, tratas de mantener la calma, sentís la presión de tus acompañantes con la conocida, “vos no sabes explicar bien” y por esas vueltas de la vida, por alineación de planetas, o porque sos mas Fierro que Martin, te enfrentas a otro ser humano de quien depende tu vida y resulta que sin querer, por problemas personales, minimiza tu explícito pedido de auxilio!; seria mas o menos como si caído del barco, pidiendo auxilio porque no sabes nadar; quien tiene el salvavidas en la mano, no te lo arroja, porque le parece un poco desordenada la soga que tiene atada!; tiralo ya!, después ordenamos todo.
Por lo tanto, cronológicamente vuelvo a relatar todos mis dolores y actividad desde ayer hasta hoy. Cada tanto mi Gallega, como es su costumbre, me corregía o corroboraba algo de mi relato y metió su diagnóstico personal de acidez estomacal, gracias a su guiso de lenteja del lunes al mediodía; no estaba de ánimo para confrontarla, pero me intrigaba con que autoridad médica estaba opinando, si ni siquiera se hacía cargo del explosivo e impredecible guiso de lentejas!. Pero lo que mas me llamó la atención, fue que la doctora, lo contaba dentro de las posibilidades!. Lo último que me faltaba es viajar a Rosario por una simple acidez estomacal. Obvio que la cara de Belu, me apunto que coincidíamos en pensamiento: esta no me entendió, o no escuchó de que ya otro médico y mi hermana Daniela, apuntaban a problemas coronarios!. Igual me recetó una radiografía, otro electro cardiograma y un análisis de sangre completo, con la búsqueda de las enzimas más tempranas y dijo que volviera después de realizarme los estudios.

sábado, 23 de junio de 2018

Estoy al horno 26/07/2017

Vuelvo a despertarme a las 6 de la mañana, repitiendo la misma secuencia de dolor y es cuando ya no puedo volver a dormir y recapacito que deliberadamente “estoy al horno”. Ya es imposible tanta coincidencia; tampoco podría ser sugestión o paranoia, mi cuerpo me estaba tirando una alerta y vuelvo a recalcular mis siguientes actos en pos de los acontecimientos, con el archi conocido: y ahora que mierda hago?. Era demasiado temprano para molestar a todos mis conocidos, pidiendo un consejo médico. Suena el despertador y seguía sin dejar de pensar sobre mi futuro, espero el horario de entrada a la oficina, llamo por teléfono y aclaro:
-Decile a los compañeros, que estoy descompuesto, pase una mala noche y no voy a ir la oficina ahora; después les aviso.
Cuando calculo que mi hermana Daniela ya podría estar despierta, comienzo a mandarle whatsapp preguntando si puedo llamarla. A pocos minutos me contesta y la llamo.
-Hola Paco, que paso?. Claramente interpreta que algo grave pasó, ya que no es horario como para andar saludando.
-No se Negra, tengo un dolor raro en el pecho, que ya me despertó 3 veces y me estoy asustando.
-El dolor te despierta?. Te dura mucho el dolor?.
-Si, el dolor me despierta, pero me dura muy poco y después no siento nada más. Es cuando el silencio de Daniela me preocupa mas todavía. Y como la conozco hace 40 años, se que esta rumiando sus palabras como para no espantar a su hermano hipocondriaco.
-Ay Paco!, quédate tranquilo, pero no pierdas tiempo; es posible que sean síntomas cardiacos, así que ándate lo antes posible a un cardiólogo en Rosario y mejor si vas en ambulancia. Quien puede asimilar distendido la suma de las palabras: cardiaco, rápido, ambulancia, sin que se le aflojen los parámetros de cordura!. A estas alturas, la lluvia y cruce de llamados con nuestros hijos, era bastante fluidos y todos coincidían, que debía buscar un médico para que autorice el viaje en ambulancia. Envío un mensaje a mi médico de cabecera, no estaba en el pueblo; voy en busca de otro médico conocido, también había viajado. Adoptamos el plan C, el médico de guardia en el SAMCO (un hospital público de pueblo), que por suerte nos atendió en unos minutos y da comienzo al dialogo, que repetiría unas 10 veces durante todo el bendito día.
-Que síntomas tiene?.
-Es como un ardor en el centro del pecho, que después se convierte en dolor punzante, me repercute en la espalda y se traslada a mi brazo izquierdo.
-Cuando le ocurrió este cuadro?.
-Ayer a las 14 horas, hoy a las 2 de la madrugada y a las 6 de la mañana.
-Y porque no vino hasta el hospital en ese momento?.
-Es que me dura menos de un minuto y después no siento mas dolor!.
-Es fumador?
-No, nunca fumé en mi vida.
-Es hipertenso?, sufre arritmias.
-Nunca tuve cuadro de presión alta o arritmia.
-Cuantos años tiene?
-Voy a cumplir 61 años el mes que viene; hace 40 años que soy vegetariano; hago 40 minutos de bicicleta fija casi todos los días.
-Es diabético?, tiene colesterol?, toma algún medicamento con corticoide?.
-No, solo triglicéridos y estoy tomando medicamento para bajarlos.
-Cuanto tiene de triglicéridos?
-En el último análisis tenía como 280.
-Cual es su ocupación laboral?.
-Trabajo de oficina frente a una PC.
Y es cuando noto una mirada de desconfianza de parte del médico, como que no le estoy contando todo, o en el peor de los casos, supone que soy uno de esos hipocondriacos con un bruto ataque de pánico!; o peor aún, debe pensar que me pase de viagra y ahora tengo miedo que me dé un infarto.
-Estaba durmiendo cuando tuvo esos síntomas?.
-Si, y me despertó el dolor. Esa era la frase clave: estaba durmiendo y me despertó el dolor; fue cuando cambió su actitud desconfiada y me llevó a enfermería para que me midan la presión arterial, me realizaron un electro cardiograma y un análisis de sangre en busca de Troponina T, que denuncian infarto cardiaco.
Todo fue negativo; el insistía en que un electro cardiograma solo sirve si se realiza en el mismo momento de los síntomas; yo volvía a insistir con me era imposible llegar a medianoche, justo en momentos de los síntomas. Seguimos deliberando sobre mi traslado en ambulancia, a otro centro asistencial preparado para cardiología; después de casi una hora llamando por teléfono, nos comunica que es imposible conseguir una plaza donde derivarme en ambulancia. Por lo cual prepara un escrito donde da su diagnóstico, y me dicta un escrito en el cual expreso: “comprendo potenciales riesgos de alta voluntaria y entiendo la necesidad de concurrir a un nosocomio en carácter de urgente, dejando conformidad por escrito”; o sea, me hago cargo y que sea lo que Dios quiera!. No fue fácil asimilar la situación, pero acostumbrado a las malas, disidimos viajar a Rosario en auto con nuestros hijos. El viaje fue tranquilo, sin sobresaltos, salvo que conducía Juanpi!; Belu de copiloto, criticando como siempre su indecisión a la hora de adelantarse o frenar; calculo que mi cara era de espanto y ellos con la misma mirada del médico: “este tiene un ataque de pánico”.

sábado, 16 de junio de 2018

Lunes 24 de julio 2017

Uno de esos días muy lunes, después de un domingo chamameceando con los amigos, amanecí medio desanimado; no corren buenos tiempos, la desesperanza es grande y el medio social que me tocó en suerte, no es de los más prometedores. Pero a fuerza de no aflojar y poner el pecho, transcurrió toda la mañana en la oficina, sin sobresaltos o complicaciones. Luego de almorzar, me tiro como siempre unos minutos a la cama, como para recuperar algo de energía; me duermo y antes de que suene la alarma del celular, comienzo a sentir un ardor en el medio del pecho, que continua siendo una opresión, se traslada rápidamente a mi espalda y continua como algo parecido a un calambre por mi brazo izquierdo!. Es cuando la paranoia me invade y rápidamente realiza la búsqueda en base de datos histórica de mis dolores físicos, poniendo todos mis malos presagios en alerta; quiero pensar que fue un calambre, ya que este raro dolor no duró más de 30 segundos; pero lo suficiente para no volver a dormirme. Volví a la oficina por unas horas y no pude recuperar el buen humor; seguí con mi rutina al llegar a casa: 40 minutos de bicicleta fija, otro rato de siesta tardía, baño reparador, ya que justo los lunes hay ensayo del grupo Coral y si no descanso algo, no llego despierto ni a las 23 horas. Durante el ensayo, mi compañero (el Juan) bromeaba que no me veía bien, y amagaba golpearme la espalda para despertarme. -Que pasa Paquillo, te estas durmiendo?. -No jodas Juan, no ando bien, me duele mucho la espalda y es un dolor medio raro. Haciendo gesto de “anda, deja de joder!” y levanta la mano como indicando que me voy para el cielo. -Y…., todo es posible Juan!, pero en realidad no se si será para arriba o bien abajo, al infierno!. Aunque otra teoría conspirativa dice que el verdadero infierno, es aquí, en vida y que en mi otra vida, debo haber sido un personaje siniestro!; solo por esa razón el mismísimo Diablo, me envió nuevamente a esta vida como castigo, para lavar mis culpas anteriores. Puede parecer que me quejo de lleno, pero haciendo un recuento de los acontecimientos, es demasiado castigo, confabulación, conspiración y venganza para un solo hombre!; no solo me golpeó la vida; me escupió en la cara, me clavó piquete de ojos, perpetro una zancadilla, me tumbó y no conforme, me pateó en el suelo!.

viernes, 8 de junio de 2018

Papagayo 26/07/2017

Ya había soportado varias horas mirando el techo de enfermería, cuando me comunican el traslado a terapia intensiva; era mi primera vez en todo!, solo había estado de visita en estos lugares, como espectador o acompañante; cambia bastante la posición, el ánimo, las expectativas; solo aquellos que les tocó en suerte, pueden entender de que hablo. Me trasladan por ascensor, pasillos, siempre mirando el cielorraso y de reojo a los enfermeros, que realizan comentarios nada relacionado con mi congoja!; no sé qué es peor, si el silencio sanatorial o los comentarios enajenados de la gente que te rodea en esos momentos.
Llegando a destino, comienzan a conectarme todos los sensores de monitoreo, dosificador de suero, etc. y vienen a mi memoria todas esas películas y series de hospitales, ya que todo es muy moderno, muy pulcro, y tengo un televisor para mi solo!; a los pocos minutos me doy cuenta del primer problema técnico: el tele está en una posición bastante cómoda visualmente hablando; pero como cuernos hago para escuchar el audio sin poner el volumen al máximo?. Llega la enfermera de turno, comienza a recitarme los procedimientos y horarios, como estoy conectado a la sala de monitoreo y realizo mi primera pregunta fuera de lugar:
_¿Cómo hago para ir al baño?. Sonriendo me dijo:
_No puede bajarse de la cama señor!. Hago un gesto de incertidumbre y sin dejarme repreguntar, saca algo al costado de la cama, y lo muestra diciendo:
_Para eso está el amigo papagayo.
También era mi primera vez con eso!, lo estudie un rato, proyecté mis movimientos como para instalarlo en uso y me desahogué!, hacia como seis horas que no iba a un bendito baño; no sé si era el miedo, o mi preocupación por mi destino incierto, pero nunca había soportado tanto sin orinar!. Es cuando comienza mi primer drama existencial; ¿Cómo hago para sacudir el miembro dentro del papagayo?; quien inventó este recipiente?, una mujer que odiaba a los hombres?; tal vez no sea un problema para cualquier masculino normal, pero para alguien anormal, pulcro desde que tiene memoria, no poder contener esa última y casi siempre inoportuna gotita o re direccionarla a donde corresponda, es terrible!. Pensé en el pico de los surtidores de combustibles, inclinarlo para que retorne; girar el pico como la botella de buen vino; retirar un poco hacia atrás y golpear con efecto látigo (bastante corto en ese momento). Con tanta tecnología digital, como aun no re diseñaron el papagayo?; no se, algo que succione, que sople; mas anatómico, que vibre, así podemos jugar un rato!. No, un simple tubo plástico traslúcido, para complicarnos en los peores momentos de nuestras vidas!. Pero siempre puede empeorar!, al retirarlo casi lleno, no tengo en cuenta la inclinación de la cama y me vuelco gran cantidad de orina, entre mis piernas!; y me preocupaba una gotita.

viernes, 1 de junio de 2018

Martes 22 de mayo 2018

Ayer martes 22 de mayo, hacia exactamente 294 días y 10 horas que volvió a latir mi corazón, luego de sacarlo a pasear por el quirófano, sin mi autorización. Estoy bien, me siento bien anímicamente, retome mis actividades artísticas, pero nunca deje de auto testearme!; es casi una rutina minuto a minuto; la incertidumbre del será hoy?, será esta noche?. Fue antes de acostarme, sentí una molestia en los músculos de mi cuello, y se liberaron todas mis endorfinas anti pánico!; toda mi paranoia hipocondriaca en su máxima expresión; no emití sonido alguno, porque sé fehacientemente que empeoraría la situación!. Solo quede en modo a prueba de fallos, recostado boca arriba, optimizando síntomas con el mensaje subliminal: No apague el equipo, su sistema de pánico se está actualizando!. Obviamente que por varias horas no me anime a cerrar los ojos, como si fuera una receta mágica para seguir vivo; repase mi vida, mis errores, mis pecados, como para presentarme preparado al juicio final y aposte a mi última teoría de supervivencia: Como ya sé que soy un FIERRO normas IRAM ISO de 9000 para arriba, creo que el endeudarme al máximo con bancos y tarjetas de crédito me mantendrá con vida; ya que seguramente Dios, el Diablo, Alá, Buda y/o cualquier otro ente y/o deidad que se ha ensañado con mi vida, no me dejara morir hasta no pagar el último centavo de mis deudas financieras!; y es en realidad como una redoblona, si muero, no le pago a nadie!. En resumen, me cagué todo, pero por suerte tuve tiempo para contarlo por escrito.

Martes 25 de julio 2017

Volvimos del ensayo coral, nos tomamos un tecito de hierbas y me fui a descansar; no así la señora Yanet, que firme a su adicción por Netflix, se quedó a ver unos episodios de Black List. Me desmaye al instante, como si mi organismo tuviera un sistema automático de hibernación: cuando mi físico detecta posición horizontal, mi cerebro se desconecta. Fue mas o menos a las 2 de la mañana, que desperté y volví a repetir la misma secuencia de dolor!. Ya era imposible que fuera un simple calambre, y es cuando me indigna que mi puta paranoia sea tan acertada!; me levante realmente desanimado; nada era normal, baje la escalera recalculando mi situación; Yanet seguía mirando Black List y se sorprendió al verme.
-Que te pasa?,
-No se, me despertó un dolor raro.
-Dolor raro?, vos un dolor raro?. No respondí, porque en esas situaciones de desconcierto, suelo ponerme demasiado ácido y a estas alturas, mi estado de alerta era tan importante, que tenía totalmente ocupadas a mis neuronas egocéntricas. Veo la PC encendida; por reflejo voy al viejo y querido Google, y escribo: “dolor en el pecho y brazo izquierdo”. Cuando leo los títulos de coincidencia, me cae la ficha; creo que se me dilataron las pupilas!, no dejaba de leer rápidamente todas las opciones y todas coincidían en algo: deficiencia cardiaca. En una de las tantas que leí en 10 minutos, aconsejaba tomar una aspirina, ¿para fluir más el torrente sanguíneo?, no disponía de claridad como para analizar el consejo; situación similar a la descompostura gastrointestinal en un acto protocolar, lejos de los sanitarios: Calculas rápidamente el mal menor o lo que tu paranoia proyecta como acontecimientos irreversibles, las excusas que imaginaras ante la catástrofe, cerras los ojos, tragas saliva y le encomiendas tu alma al diablo, ya que sabemos disfruta ponernos en esas terribles encrucijadas. Igual pregunté: -Hay aspirinas?, de reojo mi estimada me tiró: -Vos vas a tomar una aspirina?. –Que te pasa?. Obvio, tomar algún tipo de calmante siempre fue parte de mi resistencia natural; las personas que toman calmantes por costumbre, distorsionan las alertas que nuestro cuerpo presenta, pero el espanto era importante y tome un ibuprofeno, que era lo más parecido que encontré en nuestra casa. Volví al dormitorio muy preocupado, pero el cansancio me volvió a vencer.