domingo, 29 de julio de 2007

La Naturaleza es caprichosa.

Amaneció un domingo triste y complicado, ya como buen viejo (pensar que nos asombraba nuestro abuelo Manuel, con esa manía de levantarse temprano sin ninguna obligación al respecto) me despierto sin el horrible sonar de mi despertador; preparo el mate con el cual despierto a mi Reina, pero debido a un fuerte dolor espalda y preocupantes mareos, se torna muy pesado el ambiente. Se suma a la inexorable partida de nuestros hijos en pos de su nueva familia, el frío, cielo muy gris, mi adicción por la escritura que no permite la atención de sus caprichos, van pasando las horas, atardece y terminamos la noche del domingo como casi todos, ella mirando algo en TV, yo sentado enfrente la PC; cuando mis ojos piden auxilio, me retiro a mi dormitorio, resignado a que mañana será peor!.
Sigo fiel en mi apreciación, la naturaleza es muy caprichosa!, pero en este 9 de julio me hizo un gran favor!, me tiró una soga!, me prestó su hombro!, me dio un aventón!, pues ya siendo altas horas de la noche, mi Gallega recibe el llamado de nuestro hijo mayor, asegurando que en su ciudad estaba nevando. A partir de ese momento todo parecía florecer, aun bajo nieve era posible olfatear su alegría; olvidó sus dolores, mareos y a los gritos como quien descubre haber ganado la lotería, salió a nuestro jardín para ver caer los primeros copos de agua nieve. Nada simulaba vivir un día frío y gris, desenfundó su cámara digital, casi sin abrigo gritaba que la acompañe a sentir la nieve en el rostro; pedido que desoí y junto a nuestras 4 mascotas, mirábamos a través de la ventana su “danza de la nieve”: salir a la intemperie desprovista de abrigo, en lo posible dando pequeños saltos aniñados, levantar el rostro hacia el cielo y los brazos extendidos como imagen de Cristo Redentor, gritando continuamente –nieeevaaaa, nieeeva siiiii nievaaaa.
Por supuesto que guardamos muchas mas anécdotas, pues su danza fue contagiosa con nuestra Belu, no conformándose con la nieve en casa, salieron a campo abierto, juntaron nieve para el pequeñín muñeco bigandense que adornó un florero por un par de días; luego las noticias por TV de nevada en casi todos los pueblos vecinos, mas comentarios de amigos llamándonos por teléfono por la rara precipitación en nuestra zona, dieron un drástico giro a la fría semana de julio. Solo en raras oportunidades, los caprichos de la madre naturaleza, suelen acomodarnos la existencia!.

4 comentarios:

pal dijo...

ves? en el fondo ella necesita poco para ser feliz... un beso y te deseo que te quedes tieso de la nieve que te caiga. Un beso otra vez.

mabel casas dijo...

desde la nieve...el sentido de feliz!!
y la virtud de volverse pila y salir a gozar lo imédito...mientras desde la ventana también te dió el feliz verla así...

me gustó la frescura de este relato
cariños amigo

mabel

Ginger dijo...

Uh, ese día fue increíble para todos, excepto para mi hijo que estaba con los amigos haciendo un asado. Llegó insultando la nevada, lo que fue más divertido todavía.

Bea dijo...

Y las fotos??? Cierto que la imaginación -junto al detalle de tu relato- ya recreo la escena.
Pero que rico y provocador de sonrisas, es mirar las fotografías.
Nos las debes.
Besos desde la ardiente Nicaragua