jueves, 25 de enero de 2007

Nuestro Moderno Coto de Caza

Viviendo en un coto de caza
Quizás el sueño de muchos!, esos raros bichos amantes de la violencia en su máxima ponencia, matar por placer!; ocurrencia o moda creada cuando ya no fue necesario cazar para alimentarse, solo el pequeño esfuerzo de comprar nuestros alimentos, levantar el teléfono y muy reciente, comprar lo indispensable y mucho mas, navegando por la red, pagando con debito en nuestra tarjeta de crédito,¡que nivel!. El coto del que hablo, tampoco tiene que ver con él habitad natural de alguna rara especie en extinción, o esos cotos privados, de paisajes esplendorosos, encubiertos y disfrazados de parques nacionales y reservas naturales; este radica en una zona poblada, altamente industrializada, con la tecnología de punta al alcance de nuestras manos; un verdadero coto de caza, con el tinte tétrico de muerte indiscriminada, pero los seres humanos habitantes de este coto, no somos cazadores, en realidad somos las presas, los blancos apuntados por el cazador, la diversión de ver morir a los indefensos!. En este cuento de terror, el cazador, no es ni más ni menos que la Muerte, o la Huesuda, la Parca, como quieras llamarla; la vieja y archi conocida Muerte, idealizada por mi retorcido criterio, como el asesino serial de la novela “Screm”; no viene al caso sentarnos a discutir, si sufro el síndrome de la “Pelis”, o mi delirio paranoico e hipocondríaco a llegado a limites incalculables; el vuelco a escribir sobre el tema, es la gran cantidad de seres humanos que veo caer día a día, amigos, viejos conocidos, jóvenes con un supuesto futuro promisorio; la terrible angustia y suposición, que uno de estos días vendrá por mí!, aunque últimamente, debido a mi endeudamiento bancario, tarjetas de créditos, la lluvia de ofertas en seguros de vida, si me toca!, seria el mejor negocio de mi vida, sobre todo para mi familia!.

Como edificamos el Coto de Caza
Comienza en históricos parajes, donde cantidad de inmigrantes llegaban con el sueño de una tierra propia, donde ver crecer sus hijos, sin guerras, ni sufrimientos. La tierra prometida, la América!, donde los sueños eran posibles; pero todo “muta”, la ambición humilde de aquellos inmigrantes, fue tornando poco a poco en una historia sin fin, de horribles y sucesivos cambios que desvirtuaron la imagen y los básicos conceptos de convivencia armónica; mas dinero ganas, mas pretendes para mañana!, aparentas felicidad, regateas al pobre, para gastarlo con los mas ricos, como si compraras un lugar preferencial entre tanta hipocresía; llegando a reinar el egoísmo como virtud existencial, donde todo es permitido y prior izado por la mínima ganancia económica. Con la escuela retrograda del capitalismo neoliberal, con mucha ayuda mediática en propiciar la conquista individual, fueron mutando regresiva y progresivamente en una nueva sub especie, los “homo egoistus”!; especie tan delirante, que no repara en contaminar su propio medio ambiente por ganar mas dinero, al cual luego malgastara en lujos innecesarios, ambicionando mas cada día, sin importar lo que pierde en humanidad, sensibilidad o naturaleza; contagiando su locura como ejemplos de buena vida, a su descendencia y vecinos; tal cual reza la canción “siguen todos los raíles, en su paso hacia la cumbre, locos porque nos deslumbre, su parásita ambición (Luis E. Aute ®); terminan siendo dignos de etiquetarlos como el nuevo “Jinete del Apocalipsis”; ya perdí la cuenta, ¿eran cuatro, no?, ¿por cual numero andamos?. Así construimos este desgraciado coto de caza, entre todos, con la misma culpabilidad: unos por contaminar, otros por verlos y callar!.

La rutina del cazador
Como digno adicto a derribar presas, para no fallar, o dejar alguno sufriendo mal herido, no sale solo!; sus mastines preferidos son el Cáncer, las Cardiopatías, el SIDA., los Accidentes de Transito y otras modernas aberraciones psicopatologicas; sus ayudantes de campo: P.A.M.I., I.A.P.O.S., O.S.E.C.A.C., O.S.D.E., etc.... nuestras benditas obras sociales o medicinas pre pagas, supuestas entidades anónimas con imagen de poder celestial, pues nunca se sabe el nombre y apellido del que deja morir a sus afiliados, para poder facturar mas honorarios; que en realidad no es ganancia para el mismísimo sicario, pero si, para esa otra especie que normalmente viste de blanco, y supuestamente hizo un juramento hipocrático, pero se equivoco de profesión, pues en realidad siempre fue “Contador Publico” o “Licenciado en Economía”; asesinos seriales en potencia, inflingen y agrandan heridas para que el cazador no yerre, tal ves una replica de las corridas de toros?, donde los banderilleros, van mellando el espíritu natural del toro, para facilitar la faena!. Nuestro cazador incansable de eterna existencia, muy democrático por cierto, nunca se lo podrá acusar de discriminatorio, caza a todos por igual, sin importar credo, color, escala social, sexo o justificada humanidad. Como consecuencia, terminamos aceptando la muerte prematura o accidental con la famosa frase: “que desgracia!”; o mirando de costado, frunciendo el ceño y cabizbajo ante la noticia: ”si, tiene una enfermedad mala!”; o la famosa, beata y acusadora frase:”me dijeron que se murió de SIDA”. Da igual, en este “coto de caza”, todos somos presas potenciales!.

Y la moraleja?
En todo cuento infantil, siempre esperaba “la moraleja” ejemplificadora, o justificadora, cuando dormido me perdía el hilo o parte del cuento sin entender el sentido del mismo; pero esto no es un cuento!, tampoco es ficción!, aunque dándole la forma de novela tétrica, podría llegar al cine, o a una editorial si la firmara alguien de renombre literario. En realidad es tan grande mi angustia, la cruel impotencia que sufren los desconocidos de siempre, cuando emiten quejas impersonales, que sentí la necesidad de escribir esta parodia o estupidez trasnochada, sin “moraleja”, pues cada lector desprevenido, encontrara la suya. Mi única meta o deseo de años, muy bien plasmada en la novela de don Franz Kafka: “El Proceso”, es y será, ¡darle sentido a mi vida!, ¡justificar mi existencia!, pero, ¡ojo!, con buenas acciones; no siendo un rico egoísta, mi forma de dar batalla al cazador furtivo, dentro de mi “Coto de Caza”.
Por supuesto que toda similitud con hechos reales, ¡NO ES COINCIDENCIA!; solo la cruel verdad que agobia a un viejo de 50 años!.
Paco Achaval
28/06/06

3 comentarios:

DudaDesnuda dijo...

Che, dejate de joder (con todo respeto, por supuesto).
Hoy no sos viejo a los cincuenta años. Digamos que ya no sos inmortal, pero la vejez es otra cosa.
Además recordá que la edad de uno es un tragedia y la de los otros una mentira.

Besos y años.

Anónimo dijo...

pero es que a veces te hacen sentir viejísimo con 25 Duda! Si, así es la cosa... yo también me pongo en rebeldía personal dn. Paco, si la colectiva no está de moda... un beso.

Anónimo dijo...

Paco,

Con todo respeto quería aclararte: OSDE no es una Sociedad Anónima, sino una Asociación Civil. Que, por cierto hoy está siendo manejada por gente que quiere conducirla como S.A., pero que durante mucho tiempo tenía como fin primordial la calidad en el servicio para los socios. Enterate de más en el blog: www.ecosdeunatrampa.blogspot.com
Atentamente,
Victoria.