miércoles, 21 de marzo de 2007

Lo equitativo, siempre es menos para mi.

Teóricamente en toda sociedad moderna, lo equitativo es primordial para la buena relación entre ciudadanos; en los últimos años, los derechos internacionales de la mujer, exigen tratamiento equitativo para ambos sexos. Todo depende de la verdadera interpretación del vocablo “equitativo”; no es lo mismo la mitad exacta, a distribución equitativa de un todo; en el momento de plantear limites, nunca son tan exactos, siempre prima la conveniencia, ambición, derecho natural, esfuerzo en lograr las metas; son muchas las causas que arbitran el establecer lo equitativo, que por supuesto, siempre produce desconformidad en algunos de los participantes.
Surgen entonces, mis planteos existenciales; porqué cuando escucho “distribución equitativa” o “esfuerzo compartido”, para mis adentros, muy en mi sexto sentido (si es que lo tengo, y nos es otro de mis delirios) se, que me toca perder!. Desde mi niñez, mi timidez asociada a escasas palabras, otorgaban a mi hermano menor, la ventaja en la distribución; luego la adolescencia, gracias a mi enérgica postura de “no violencia” relegaban mis auténticos derechos, a migajas en la hora de repartir; pero fue después de prometer “hasta que la muerte nos separe”, donde supe lo que es realmente sufrir día a día la distribución equitativa.
Tengo varios acontecimientos para relatar, pero al solo echo de ser breve, citaré los mas dolorosos. Al momento sublime del descanso merecido, de un total de 135 centímetros de ancho en nuestra cama matrimonial, por distribución equitativa o por defecto me corresponden 35; perfeccioné matemáticamente el movimiento de giro en mi propio eje, resistí compulsivamente el embate de sus hermosas, suaves y cálidas rodillas, asentadas en mis genitales gracias a su ataques de amor en sueños; llegué a presentir sus movimientos, como quien ve venir la estocada trágica, pero nunca logré ocupar mas de los centímetros otorgados por su sentido de lo equitativo.
En un enorme cristalero, (enorme no por su tamaño, sino por el lugar que ocupa en nuestro pequeño hogar), es posible encontrar: un set de maquillaje, un botellón decorado con red tejida al crochet, una canastita con flores plásticas, el teléfono fijo arriba 5 o 6 guías telefónicas viejas, documentos varios almacenados en desprolijos papelitos, 2 patitos de yeso mirando hacia abajo, la muy atrevida “Murci” (otra de nuestras mascotas) atorrando sobre una carpeta de hilo tejido; pues, si todo es propiedad familiar, ¿porqué lo único que molesta, es el cargador de baterías de mi celular?, siendo causa de acalorados reproches y temerarias amenazas.
La distribución equitativa, nunca me fue favorable, será mi destino!; por amor, solo por amor puedo soportarlo, o como dijo nuestro autóctono personaje “Inodoro Pereyra”: Uno se deslumbra con la mujer linda... Se asombra con la inteligente... Y se queda con la que le da pelota... ® Roberto Fontanarrosa.
Lo demás, que mucho tiene que ver con nuestras vidas, pero es totalmente ajeno a nuestro entorno familiar, mejor ni hablar!, hasta es provocativo exigir, una distribución equitativa de las riquezas.

2 comentarios:

mabel casas dijo...

achával h
una estupenda viñeta de tipicidad familiar con la sátira digna de tu ídolo ,el fontanarrosa
anda recopilando estas historias por que realmente son para juntar y editar
lo bueno que hay un plateo desde el rol de esposo y padre que representa a tus congéneres de forma universal
cariños mabel

Anónimo dijo...

mire dn. Paco déjese de romanticismos y pide pieza pa usté solo... la cena y las velas se hace igual y no tiene que aguantar ni ella, ni el los rodillazos, ni los repartos de cama, ni los "apaga la luzzz que quiero dormir" cuando usted lo que quiere es leer... bien, eso la teoría, la práctica dice que un cuarto más son como 500 € más, buaaaaaaa...