viernes, 21 de septiembre de 2018

Ayuda! 01/08/2017

Luego de unas horas, llega mi primer comida, casi 24 horas sin probar bocado!; por mas sedado que me encuentro, mi estómago se siente vacío, pero para torturarme un poco mas, otra vez me sirven pollo!; ni ganas de protestar, me devoro la comida y ya un poco mejor de ánimo, me dedico a mirar la TV como si fuera película muda, ya que el ruido de los extractores de aire, y la distancia de los parlantes, me hace imposible escuchar!.
Una de las enfermeras, pasa a mirar mediciones y me comenta:
_Quiere ponerse de costado?. Intento asimilar la pregunta, ya que suponía no debía moverme de la posición “finadito” en la que me habían dejado; pero según ella, podía buscar una posición más cómoda.
_Como duerme usted normalmente?. Y contesto:
_Siempre recostado sobre la izquierda.
Ya que en nuestra cama matrimonial, de plaza y media, y debido al poco espacio físico que mi mujer dispone para toda mi humanidad, no me deja otra opción que dormir de costado y ya cuando me acalambro, intento girar hacia otro lateral, pero siempre sin ocupar mas de ¼ de cama; o sea, que debido a mi buena voluntad y predisposición, he logrado perfeccionar el giro sobre mi propio eje, sin arrastrar las sábanas y totalmente dormido!.
_Bueno, probemos entonces; yo le pongo otra almohada contra su espalda, así está más cómodo.
Dejo de mirar la TV, ya que de costado hacia mi izquierda, era mas que incómodo y trato de dormir unos minutos. Me despierta un malestar en mis intestinos, que a cada minuto es más fuerte y molesto; en mi delirio, imagino a un tiranosaurio rex corriendo dentro de mi aparato digestivo, persiguiendo a su presa y rugiendo aterrorizante!; siento como se van deformando mis entrañas, con ruidos espantosos. Pasan varios minutos y supongo como siempre, en algún momento se detendrá; y voy sintiendo como desciende por mi aparato digestivo; es cuando recapacito donde exactamente termina ese recorrido!. Ay Dios!; no puedo bajarme de la cama; no tengo pañales!; debo llamar a la enfermera para que ponga ese recipiente denigrante debajo de mi!.
Ya resignado busco la perilla para llamar a las enfermeras por ayuda; y empeora mi situación, la bendita perilla de llamada, había quedado de mi lado derecho y colgando al lado de la cama!. No puedo ser mas Fierro!, trato de visualizar a alguien, pero en ese horario, nadie anda paseando por terapia intensiva; mi desesperación va aumentando; no logro ver a nadie, aunque la sala sea toda vidriada; en un momento alcanzo a distinguir alguien mirando las cámaras, parece un médico o enfermero, levanto mi mano derecha, cuasi naufrago ahogándose!, pero no mira!; agito mi brazo como revoleando pañuelo al bailar zamba argentina!; nada, nadie me ve!; me abre vuelto invisible?; estaré soñando, o peor aún, ya estoy muerto?, y están esperando a que amanezca para pasarme a la morgue?.
Veo salir a una enfermera, que mira las cámaras de monitoreo y sale corriendo por el pasillo frente a mi sala; emito un gemido y levanto el brazo, pero no es suficiente; vuelve en unos minutos muy apresurada y otra vez pasa corriendo con otro enfermero, portando elementos de limpieza. Por suerte, en unas de esas pasadas rápidas, mira para mi lado y ve mi brazo levantado!.
_Señor Achaval!, hace mucho que está llamando?. No era el momento de ponerme a contarle mis padecimientos, solo me salió en lastimoso:
_Poneme la chata ya!.
Casi sonriendo y rápidamente, me levanta un poco el cuerpo e inserta esa cosa desagradable debajo de mi ano y se produjo al instante, una de mis mejores liberaciones!.
Al final!, eran solo gases.

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