viernes, 7 de septiembre de 2018

A vos te creo!. 01/08/2017

Escucho voces, siento como escalofríos, abro mis ojos y ay Dios!, veo a Romina sonriendo; ruego a todos mis santos, que no sea un sueño; que Romina sea real y no un ángel que idealiza mi conciencia con su rostro!; es cuando me sacan el entubado respiratorio, y al sentir la molestia, me doy cuenta que sigo vivo!. Una enfermera pregunta:
_Todo bien?.
Trato de contestar, pero solo me sale un suspiro; la enfermera comenta:
_Si, ya está despertando.
Comienzo la clásica rutina de sobreviviente, como después de una caída accidental, que consiste en mover lentamente los dedos de mi manos, luego los pies y al sentir la respuesta en mis sentidos, creo que sigo en carrera!. Romina sonriente me comenta:
_Vio que nos volvimos a ver!.
Y contesto tratando de modular mis cuerdas vocales:
_Y no sabes lo que me alegra!.
Veo que a todos les causa gracia mi respuesta, pero de verdad, suspiro y me invade la alegría; no es la primera vez de semejante situación, en otros accidentes, ya había ocurrido: nada es tan grave, mientras tengas vida!.
Continua la enfermera higienizándome, me acomodan las canalizaciones en otro brazo; me comunican el traslado a terapia intensiva; pasado unos minutos veo a otros enfermeros, son los que me llevan una sala toda vidriada, con ruido a extractores de aire y muchísimos instrumentos. Me pasan a una cama ortopédica, me vuelven a conectar todos los instrumentos; debo parecer algo extraño, ya que continuamente me preguntan si estoy bien; además les llama la atención mi obsesión por seguirlos con la mirada y las preguntas de para que, es cada cosa; pobres!, nunca entenderían a un viejo paranoico, debutando en terapia intensiva.
Comienza la llegada de integrantes familiares, con el acostumbrado rostro sonriente y lagrimoso; esa rara combinación y postura que nos delata sensibles; preferentemente humanos; ameritadamente imperfectos y queribles!.
La primera es mi hermanita Daniela, la doctora Achaval; dando las primeras referencias de que la cirugía fue todo un éxito; que mi corazón dejó de pertenecerme por unas horas, pero seguía intacto, sin lesiones y que no necesitó asistencia para volver a latir. Ante la pregunta:
_Como estas, Paco?.
Pongo mi mejor mueca irónica y contesto:
_Decime vos; yo no tengo ni la mas puta idea!.
_Zafo de esta?.
_Si boludo!, no te dije que salió todo perfecto; el doctor Santiago me dio el parte y me confirma que no tenes lesiones cardiacas, que las arterias están sanas.
_Bueno, dale, a vos te creo!.

No hay comentarios: