viernes, 3 de agosto de 2018

Vida de bajo riesgo 27/07/2017

Por la tarde, en horarios de visita, llegan familiares de mi compañero de habitación; son tres mujeres mayores que yo, que saludan y pasan frente a mi cama. La tercera de ellas fija su mirada en mí, sonríe, me invade esa sensación de conocerla, y sin dejar de mirarnos a los ojos, me saluda sonriendo; contesto el saludo, repaso mi base de datos y no recuerdo conocerla; sigo con la duda, ya que gracias a las vueltas de mi vida, participando en el arte de la música, con La Patota Chamamecera, el grupo de teatro en La Lorqueada, los encuentros corales, la Tropa Cósmica, con los grupos de kombis, tuve la suerte de conocer buena gente, pero a veces la memoria traiciona y antes de equivocarme, prefiero jugar a quien adivina primero; ya que también está la posibilidad, que sea cierto la teoría de “en otra vida”.
Saludan a mi compañero y se ponen a conversar entre ellas; veo que Yanet se les suma a la charla y empiezan a intercambiar vivencias y nombres; cada tanto siento que me nombra: el Paco siempre fue muy estricto con el cuidado de su salud!; y así pasan varios minutos de la tarde, con merienda incluida; ni bien termina el horario de visitas, viene urgente a contarme en voz baja, todo lo que hablo con ellas; sobre todo la conversación que tuvo con una de ellas, la que me saludo sonriendo: que ella cuando me vio al entrar, experimentó misma rara sensación de conocerme; que a veces le suele suceder y que después recibe como mensajes a comunicar, que los escribe para no olvidarlos.
Soy muy abierto a lo esotérico, pero casi siempre termino verificando que hay más verso que realidad extrasensorial!, pero igual me intrigaba; poca gente conserva la mirada cuando la miras a los ojos; es algo que nadie te enseña, pero solo la buena gente y con muy buena onda suele mirar directamente a los ojos, conservar la mirada varios minutos y evidenciar como una simple mirada, es una conexión de sentimientos. Salvo que tengas la mala suerte de encontrarte con uno de esos vendedores de humo, los famosos traficantes de sentimientos, que tienen muy bien ensayado esa técnica; pueden mirarte a los ojos, sonriendo y mintiendo descaradamente sin que se les remuerda la conciencia!.
Mas entrada la tarde, llega un cardiólogo para comunicarme, que mañana a primera hora me realizarían una angioplastia; me explica el procedimiento, la bondad de esta práctica no tan invasiva, mucho más certera en detectar afecciones arteriales en tiempo real y la posibilidad de colocar en un stent en mis arterias afectadas.
Vuelven mis familiares a darme ánimo, expresando su confianza en los médicos, y mi estado de salud relativamente bueno por la edad que llevo; que tampoco es magia!, el ser tan riguroso con mi dieta vegetariana, con mi “vida de bajo riesgo”, siempre lejos de los excesos, tampoco me garantiza la supervivencia.

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