La Madrina (alias La Ñata)

Muy conocida en nuestro pueblo, por su particular simpatía, muy conversadora, de amistad incondicional; quien se encuentra con ella, tiene asegurada varias horas de charla amena y amistosa. Pero por estas vueltas del destino le toca de consuegra, mi Gallega!; participar de una charla con las dos es anecdótico, mientras las soportes, pues: una cambia de tema con solo vocablos “y viste”, “me contó….”, que si te perdes el hilo o su separación semántica, podes escuchar las noticias mas disparatadas; la otra, con sus espeluznantes ráfagas de 5 palabras por segundo, no se queda atrás!; el único inconveniente, es que no soportan el silencio, tampoco que alguien hable al mismo tiempo que ellas, es cuando en duro enfrentamiento, van levantando el volumen como escalonandose en importancia, terminando casi en una conversación de sordos, a los gritos!.
En relación a la nueva pareja, La Ñata, es mucho mas táctica; en los últimos días, se cuida en todo momento de no opinar sobre los preparativos de la Boda; al contrario de su consuegra, que lleva un terrible promedio de dos discusiones acaloradas con La Novia, de limites peligrosamente incalculables, impulsando a los espectadores a rogar que se detengan, escuchando a veces, cuando dicha controversia se produce durante el almuerzo o cena, el terrible: “¡sanquenlen lo cuchiyo!”.